Las Mejores Películas de Gus Van Sant

Figuras marginadas de la sociedad, ya sea por su preferencia sexual, ideología o en respuesta a un abuso que sufrieron como jóvenes en forma opresiones escolares o parentales. Ellos(as) son los(as) protagonistas de la obra de Gus Van Sant, la cual busca encontrar la respuesta a estas condiciones y/o acciones que muchas veces terminan de manera violenta, pero que en otras pocas culminan con la redención. El natural eje y curso de sus narrativas permiten pues, explorar los causales y motivos de sus parias en un desarrollo centrado en su posibilidad de salvamento, o bien en su degradación cúspide como humanos.

Crudo y polémico, pero sobre todo honesto, el cine de Van Sant no es juez, sino testigo de estos viajes emocionales y sin retorno, que va de lo abominable a lo expiatorio, y de lo trágico a lo esperanzador.

Realizador de 17 largometrajes, Van Sant se ha hecho de cinco reconocimientos del Festival de Berlín, mejor director y Palma de Oro en Cannes y de otros 40 galardones internacionales, sin que aún sea reconocido en su propia tierra, la cual quizá piense que sus temáticas son aún muy incorrectas para una sociedad tan cínicamente conservadora.

Celebremos los 71 años de Gus Van Sant con sus Mejores Películas

 

Bonus – To Die For (1995)

POR EL FETT

Fuera del patrocinio de su ex esposo, y de los secundarios sexys y/p atolondrados frente a otras estrellas en nacimiento, esta se podría considerar como la graduación de Nicole Kidman en el rubro actoral, y el papel que pondría de relieve su talento a pesar de interpretar a un arquetipo sexy, cínico y también atolondrado. A veces ni siquiera se nota que es una película de Gus Van Sant, una tragicomedia de mucho humor negro y de una sátira muy incisiva no solo hacía la televisión de mediados de los 90, sino también hacía la juventud enajenada por la media, ambos bajo la influencia de la naciente ola de “MTV”. Kidman ofrece una genial actuación que explaya todos sus talentos, tanto histriónicos como físicos

 

Bonus – Milk (2008)

POR EL FETT

Todos los vicios y todas las fallas de ritmo de una biopic se encuentran implícitas en su metraje, pero es el sello de Gus Van Sant, en lograr convertir a la figura de Milk en un mártir marginal sin maniqueísmos y construyendo a su alrededor un marco social, político y cultural tan entrañable como peligroso para los motivos de su personaje. Por supuesto que la actuación de Sean Penn tiene un gran mérito, que es lograr la credibilidad y empatía hacía con una causa que iba más allá de lo meramente personales, convirtiéndose en uno de los movimientos sociales más escondidos de la mucha veces penosa historia estadounidense.

 

Bonus – Finding Forrester (2000)

POR FLACO CACHUBI

En Finding Forrester de Gus Van Sant, Connery ofrece lo que podría llamarse una breve pero sustanciosa actuación. Las pocas apariciones de su personaje son lo que le pone la sal y pimienta a una obra que engrosa la larga lista de cintas sobre el triunfo del espíritu, con su respectiva cuota de sentimentalismo, no por ello dejando de ser rescatable. En su penúltima aparición en pantalla, Connery interpreta a un anciano escritor recluido en un departamento, cuya vida se cruza accidentalmente con la de un muchacho afroamericano con quien desarrolla una amistad basada en el gusto de ambos por la literatura.  De haber sido la última película de Connery, estaríamos hablando de una digna despedida; lamentablemente no fue así, pues protagonizó una incipiente “Liga”

 

5 – Don’t Worry He Won’t Get Far on Foot (2018)

POR EL FETT

Tal vez sea la cinta menos conocida y/o ignorada de Gus Van Sant, con la cual logra un equilibrio casi perfecto entre la tragedia y la redención gracias a la colocación de un ser marginal a la triple potencia. Van Sant y Phoenix no solo nos harán partícipes de una espiral emocional sin retorno (donde la empatía se logra a partir de la redención y no de la tragedia, pues es a partir de esta la negación y la culpa se apoderan de un ente desdeñable y en proceso de transformación), sino también de una actuación física por demás conveniente y hasta ese momento inhóspita para Phoenix. La tragedia se convertirá en esperanza y el odioso alcohólico en un icono de fortaleza encantador.

 

 

4 – My Private Idaho (1991)

POR EL FETT

Aunque no fue su entrada a la internacionalización, este crudo “coming of age” si significó aún en una muy tempranera etapa de su carrera, su identificación como narrador de la creciente juventud perdida de la generación X. Mientras otros directores volcaban sus esfuerzos en romances evocadores, Van Sant prefería sumergirse hacía lo marginal con la historia de dos prostitutos que se autodestruyen como símbolo de rebeldía consiente e inconsciente ante el abandono parental, ya sea en forma de ausencia física o bien el abuso. Esta oda a la soledad le significó a Gus Van Sant también un remordimiento que tardaría en removerse, pues poco tiempo después su protagonista, River Phoenix, trasladaría su soledad hacía la realidad, muriendo en 1993

 

3 – Drugstore Cowboy (1989)

POR EL FETT

Su extraordinaria segunda película, es uno de los retratos juveniles y dramáticos sobre la drogadicción más infravalorados en la historia, y de donde incluso maman mucho otras cintas del mismo ámbito, siendo Requiem la más “afectada”. Con un Matt Dillon en estado de gracia, y un Gus Van Sant concentrado en su patente narrativa marginal (pero aun así arriesgado e inventivo), este relato sobre una pequeña banda de mafiosos y drogadictos, no solo encuentra la forma de ser un excelso retrato sobre las consecuencias de la drogodependencia y su posible consecuente redención, sino que también a la par se desenvuelve como una road movie de geniales y honestos momentos. Esta sería su entrada oficial al mundo del cine

 

2 – Elephant (Gus Van Sant, 2003)

POR EL FETT

Volvemos a tocar el tema de las masacres escolares (mas actual que nunca) de la mano, psique y técnica de Gus Van Sant, en la que si bien quizá no es su mejor cinta, si es su más grande experimento narrativo, al convertir una “ficción basada en hecho reales” en un cuasi documental retrato sobre la construcción de los dos perpetradores. Lo interesante de esta cinta es que no hay una respuesta cuando de manera propositiva se pretende llegar una, siendo en realidad una especie de “pregunta retórica” tan extensa como sustancial, tan tensa como trágica y tan triste como espeluznante. Van Sant parece no comprender, pero si tratar con ahínco y mucha honestidad de contestar esa pregunta sin respuesta.

 

1 – Good Will Hunting (1997)

POR EL FETT

Un soberbio drama construido en ironías. La primera,  que estamos ante la que quizá sea la más optimista obra de Gus Van Sant dentro de su patente marginal; esto no es malo, ya que la redención como parte del desarrollo psicoterapéutico del personaje son la base para la construcción de la química y el crecimiento de los inmiscuidos, en un sube y baja de honestas y desgarradoras emociones que logran incluso un doble clímax asombros y de un poderío histriónico indescriptible. La segunda ironía es Williams, que fuera de la comedia y con un complejísimo rol dramático dio la mejor actuación de su carrera. A resaltar el gran guion de Affleck y Damon, con unos diálogos de antología

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


1 Comment

  • Having seen some of Gus Van Sant’s movies, I’m continually impressed by how he delves into complex and often uncomfortable subjects. His films are both challenging and thought-provoking, making him one of my favorite directors.

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