Las Mejores Películas de Walt Disney (mientras estaba vivo)

Walt Disney, historia, leyenda y mito del cine. No solo fue el creador y la primera piedra del emporio actual, considerado la empresa de entretenimiento más mediática y prolífica en la historia, sino también como artista, fue uno de los mayores revolucionarios del cine y la animación.

Ganador máximo del Oscar (con 22 premios), y otros 44 reconocimientos internacionales, de donde destacan sus premios del jurado en Cannes, Venecia y honores en Berlín, Disney dirigió en vida alrededor de 120 cortometrajes, la gran mayoría de ellos animados y desde 1928, enfocados a su principal creación: Mickey Mouse, que debutara ese año con “Steamboat Willie”. Aunque casi nunca se acreditaba oficialmente ni como director, ni como actor de voz (prestando su voz a Mickey principalmente, y con 147 créditos), Walt si se posicionó dentro del rubro de la producción, con poco menos de 700 productos, entre largometrajes, documentales, series, cortos y antologías, hasta el año de su muerte (y un poco más), que se daría en 1966.

Enfocándose este top en su labor dentro del cine, y en los llamados “Clásicos de Disney”, Walt estuvo a cargo de 19 de ellos, de los cuáles 14 fueron largometrajes con argumentos desarrollados dentro un metraje específico, y 5 fueron antologías de cortometrajes, que hicieron subsistir al estudio mientras transcurría la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, en el aniversario de este genio y maestro de la animación y del séptimo arte, repasaremos esas 14 joyas ¡Si, todas joyas! , de la menos mejor a la absoluta pieza maestra, si es que así podríamos distinguirla de tan bello y excelsa selección.

 

14 – The Three Caballeros (Norman Ferguson, 1944)

Aunque es considerada como una de esas antologías que ayudaron al estudio a sobrevivir la Guerra, podríamos apartarla de “sus hermanas” al de alguna manera contar con una narrativa fija y no estar estrictamente compuesta de sketches o cortos que difieren entre sí. Si bien su objetivo es meramente educativo, dentro de algunos aspectos que engloban la geografía, la cultura, sociedad e idiosincrasia de algunos países latinos, las aventuras del Pato Donald (el personaje favorito del propio Walt), del brasileño José Carioca y del mexicano Pancho (que se nota que es oriundo de Jalisco, incluso teniendo influencias obvias de Jorge Negrete), es una aventura musical muy divertida y ágilmente narrada, con números y gags hilarantes de Donald

 

13 – Peter Pan (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Jack Kinney, 1953)

Tal vez sea el clásico de Disney al que más le afectado el tiempo (y las adaptaciones, y las secuelas, y las precuelas, y los remakes). Si bien le es arrebatado el tono oscuro y la metáfora del crecimiento del cuento original, sus virtudes se resumen en momentos muy cómicos y aventuras ágiles que tienen a un “Capitán Garfio” como la verdadera estrella del show. Aunque los ciertos pasajes responden al descubrimiento de un país de ensueño “Nunca Jamás”, desgraciadamente es notable como cada director agrega su tono y estilo no solo a la historia – dirección, sino también a la animación, haciendo que por momentos se sienta inconexa e incluso como una antología de aventuras

 

12 – Bambi (David Hand, 1942)

La historia de un cervatillo, que conquistó los corazones. Eran tiempo de guerra, de pesadez y desesperanza, por eso la fábrica de sueños pensó en llevar a la pantalla una historia que tuviera su escenario en la naturaleza, en el comportamiento animal y donde a pesar de las tragedias, el amor pudiera triunfar. Curiosa en varios de sus componentes (es la película de Walt que menos diálogos presenta), aunque su objetivo era evadir al espectador del aspecto bélico que le estaba rodeado, existen claras connotaciones de ésta a lo largo de toda la cinta. Bella en su manufactura, muestra el esplendor de ambientes idílicos entre el bosque y la pradera, al mismo tiempo que los peligros y riesgos que se pueden encontrar; una apología a la vida tal cual la conocemos.

 

11 – Lady and the Tramp (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, 1955)

La época dorada de las princesas, de la posguerra, época en la que el italiano Clyde Geronimi salvó a Disney de la bancarrota por intercesión de Cenicienta, Aurora, Alicia y Lady, su princesa canina. Enternecedora de principio y a fin, y sin duda uno de los relatos románticos y shakesperianos por excelencia de la casa, su director principal adapta su ya conocida fórmula a un panorama canino, pero en esencia similar, resaltando el mismo camino y elementos para dar conflicto, motivo y final a sus personajes. De escenas memorables e incluso de algunas referencias sociales que sería prohibidas hoy en día por la corrección política, este romance comenzaría también una tendencia “muy perra” de Disney.

 

10 – Cinderella (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, 1950)

Roger Ebert alguna vez dijo: “Cuando esos ratones intentan arrastrar la llave por las escaleras para salvar a Cenicienta, no importa cuantas películas hayas visto de Stanley Kubrick, sigue siendo emocionante”. La capacidad de Geronimi y su equipo, de crear momentos de ensueño y tensión por igual en un cuento absoluto de romance, explica mucho del porqué el llamado “cine de princesas” prevaleció durante la primera época dorada de Disney, e influyó dentro de los estándares fílmicos y animados de hasta hoy en día. Ni la primera ni la mejor de las princesas, pero definitivamente la más influyente, creadora del arquetipo definitivo y atemporal de dicha figura de la cultura pop.

 

9 – 101 Dalmatians (Wolfgang Reitherman, Clyde Geronimi, Hamilton Luske, 1961)

Es importante recalcar la presencia del director, Wolfgang Reitherman, alumno de Walt, y el cual de alguna manera tomaría la batuta creativa tras la muerte de su maestro, llevando al estudio a una transición argumental y técnica, que ya vendría a notarse en sus primeras oportunidades como director, una de ellas esta maravilla. Un clásico que se ve ensalzado por su manchada animación, sus pequeños pero grandes musicales, y una de las más grandes villanas de la animación, la fantástica Cruella de Vil. 101 Dálmatas es una aventura – thriller altamente efectiva, divertida e incluso llena de suspenso, que mantiene un perfecto balance entre el gusto de chicos y grandes.

 

8 – Snow White and the Seven Dwarfs (David Hand, 1937)

La primera de ¡TODO! Revolucionaria e histórica obra de un artesano y su grupo de discípulos, que vieron en el cuento de los hermanos Grimm, una oportunidad única para combinar los sueños y pesadillas de los niños, pero también para captar y asombrar a los adultos y en general al mundo del arte y el entretenimiento. Tan divertida como oscura, las lecturas hacía sus personajes y la relación entre ellos no solo sigue dejando de que hablar, sino que también de alguna u otra manera, han influenciado a todas las demás obras, ya sea de manera técnica o narrativa, la fantasía y el rubro animado siempre estará en deuda con ella. No será la mejor, pero siempre guardará un lugar de respeto en varios tops.

 

7 – Pinnochio (Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, 1940)

Para muchos, este “aterrador” cuento de hadas es a la fecha la mejor y más desentendida joya de Walt Disney, segunda en su historia y provista precisamente de ese sentido tan desalentador como “aspiracional” y/o esperanzador del cuento de Collodi. Si bien el guion y la hábil narración no permitió la inclusión de varios de sus más oscuros pasajes, los directores y creativos se dieron tiempo para en su último tramo, crear uno de las progresiones secuenciales y rítmicas más emocionantes y escalofriantes en la animación de toda la historia, desde aquella conversión hasta el entrañable encuentro con Geppetto en aquel monstruo (ballena) marino. Una salvaje obra maestra, pieza clave para que Disney comenzara su apropiación mediática mundial.

 

6 – Sleeping Beauty (Clyde Geronimi, 1959)

Quizá el cuento de hadas por antonomasia, desde 1950 y en dichos cuarteles animados la idea de su adaptación no solo estuvo rodeada de la esquemática obsesión de Walt por aquella mágica historia, sino también por una serie de extravagancias artísticas que desembocaron en uno de las hechuras más revolucionarias e impresionistas de la animación, sin olvidar también algunos factores irónicos que rodean a su propia narrativa y por supuesto, el inmediato posicionamiento de su villana como uno de los símbolos más reconocibles de toda su jerarquía y familia animada. Visualmente PERFECTA, narrativamente HERMOSA, cada encuadre es una obra de arte en movimiento.

 

5 – The Sword in the Stone (Wolfgang Reitherman, 1963)

Estamos ante uno de los planteamientos y desarrollos más erráticos de la casa, pero alrededor de este existe una extraña sensación que hace a todo este menjurje humano – animal, aventurero – moralino, mítico – histórico, una de las cintas más cómicas e interesantes de Disney por el simple hecho de que parece no seguir ninguna regla o fórmula. Con una trama de retazos y musicales tan raros como entrañables, Reitherman es capaz de dejar sub tramas aleccionadoras pero hilarantes en el camino mientras astutamente se ampara en el misterio (planteado de manera infantil y encantadora) sobre la verdadera identidad de su héroe ¿Y Merlín? Merlín es una cosa maravillosa.

 

4 – Dumbo (Sam Armstrong, Norman Ferguson, Wilfred Jackson, Jack Kinney, Bill Roberts, Ben Sharpsteen, 1941)

De alto contenido social incrustado con analogías y metáforas que refieren al racismo, al sistema laboral, el alcoholismo, la pérdida matriarcal y finalmente a la discapacidad, esta revolucionaria joya animada se ha encargado de traumatizar y enamorar a cuatro generaciones desde su estreno en 1941, una contrariedad tan efectiva como emocional y esbozo histórico de un Disney surrealista y escabroso, testigo de un estudio experimental que jugaba con simbolismos de alta complejidad acordes a un tiempo violento, de guerra y de supervivencia del arte. Dumbo es el principio de la estabilidad, del cautivante musical y del trauma paternofilial en el mágico mundo de Disney.

 

3 – Alice in Wonderland (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, 1951)

¡Una locura! Siguiendo todos los estatutos del surrealismo (imágenes yuxtapuestas, montaje y ritmo acelerado e imágenes y momentos preciosistas), la historia llega a un punto que causa y emite ansiedad, emoción que sería imposible de soportar sino es porque la dirección equilibra su relato con el aspecto cómico necesario para abarcar al mercado objetivo en aquella época, pero sin dejar pasar de lado toda una serie de connotaciones y simbolismos que se burlan de todo el sistema monárquico, educacional y social del conquistador: Reino Unido. En un tono muy personal y con gran cariño, esta película siempre me recuerda la sonrisa y risa de mi hermana en el “y cuando acabes de hablar, te callas”.

 

2 – The Jungle Book (Wolfgang Reitherman, 1967)

Relato de hermosa consistencia narrativa, póstumo a la partida de Disney, pero en el último en que inmiscuyó de total manera creativa; sus personajes, aunque unidimensionales, cumplen con la expectativa de su adaptación y trabajan en pos de un guion que respeta la índole y naturaleza animal en una odisea divertida, ágil y con personalidades entrañables, cada uno en su justo momento, diálogos y secuencias musicales legendarias, definitivamente siendo de nuevo su doblaje y la intervención de Tin Tan la que la catapulta a otro nivel de culto. Lo más vital, es que Reitherman llega a su clímax de la mano de otro thriller con un par de los musicales más legendarios y disfrutables de la casa.

 

1 – Fantasia (James Algar, Samuel Armstrong, Ford Beebe Jr., Norman Ferguson, Jim Handley, T. Hee, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Bill Roberts, Paul Satterfield, Ben Sharpsteen, 1940)

Sin duda el proyecto más atípico es también el ejercicio audio visual más rico en toda su historia; dirigido en varios segmentos y por varios cineastas (se menciona a  Sharpsteen como director del montaje final), el Disney más oscuro y artístico encausa una ópera animada sin precedentes que se debe tanto ver como escuchar con el respeto y la clasificación adecuada, creando una osmosis perfecta entre la animación y la música clásica que tras Blanca Nieves y Pinocho como prólogo, daría inicio a toda una historia tan revolucionaria como poderosamente artística y comercial. Su último segmento en la actualidad parece más una profecía que una coincidencia, pero es el aprendiz brujo el que llevaría al culto a Mickey Mouse

 

 

 

 

 

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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