Lightyear: A la nostalgia y más allá

Si algo caracteriza a Disney es su afición por exprimir cada una de sus franquicias con cuanto contenido le sea posible (ya sea series, películas, juguetes, etc.), y no estoy hablando solamente de los universos de Marvel y Star Wars, los más populares del nuevo milenio, recordemos que la casa del ratón viene haciendo esto también con sus más icónicas princesas en secuelas que tuvieron su deshonroso estreno fuera de la pantalla grande (¿de verdad alguien ha visto Cenicienta 3?).

Pero Toy Story tuvo un recorrido distinto, sorprendió al mundo con sus 2 primeras películas en los noventas y demostró que podía brindarnos una tercera entrega 11 años después que fuese igual de entrañable y aún así empeñarse en una cuarta que aunque sobrada, logró preservar su tono y calidad. Ahora, Lightyear se suma a esa cuenta de innecesarios “spin-offs” que tanto vemos en la actualidad, pero, ¿logrará posicionarse al nivel de todo el universo de cintas al que pertenece?

Lightyear nos presenta la película que inspiró al juguete Buzz Lightyear, un space ranger que vive una gran aventura espacial mientras se enfrenta a su archirrival Zurg.

La cinta sorprende al no irse por la típica historia del héroe que lucha contra su eterno y único enemigo, en lugar de ello nos muestra una aventura de ciencia ficción con toques un tanto oscuros donde la amistad es el lazo más importante. Múltiples referencias a Star Wars (algo que ya se venía viendo desde las películas de Toy story) y elementos noventeros que intentan pretender que la película se estrenó en ese tiempo, son los elementos predominantes en este viaje en la que Buzz nos busca deleitar con su ya conocido carisma.

No es un secreto que el nuevo filme de Disney-Pixar busca apelar a la nostalgia. Más que un intento de atraer nuevas generaciones, Lightyear está dirigida a aquel público que creció con franquicia de Toy Story y pretende hacer una conexión entre el personaje y la época en que fue introducido a nuestra infancia.

Lightyear es muy divertida. Es casi imposible no soltar carcajadas con los toques de humor a los que tiene acostumbrados el sello Pixar, utilizando para ello a los acompañantes de nuestro héroe en su aventura espacial, sobretodo el gatito robot Sox, una mascota específicamente diseñada para ese propósito. 

Pero al mismo tiempo son estos personajes uno de los eslabones más débiles del filme, pues aunque entretenidos, no son los suficientemente entrañables para crear una conexión con el espectador y ser recordados o extrañados al salir de la sala de cine. Además, Lightyear nos presenta a un rival muy débil, el famoso Emperador Zurg, que parece existir solo porque “tiene que” y su interacción en la historia, más que ser épica, es un tanto secundaria.

Así es como la cinta también se olvida un poco de su personaje principal, pues al tener en cuenta que la audiencia ya lo conoce, no se esfuerza en darnos un trasfondo de Buzz que encaje con la línea de la aventura principal, haciendo que su oscura narrativa carezca de sentido.

Lightyear comienza por decirnos qué es lo que veremos desde su primer fotograma, una leyenda que proclama que esta es la película favorita de Andy. Con esta idea en mente desde el inicio, es algo difícil imaginar que un niño de 7 años ame tanto una cinta que claramente está dirigida a un público de mayor edad. Y es que además de tener una historia más complicada y sombría de lo que pudiera parecer a simple vista, la película tiene dentro de su trama un mensaje más profundo que no se basa solamente en gags y secuencias de acción, algo que Pixar maneja con frecuencia en sus producciones (Soul podría ser el caso más obvio de esto), que si bien van dirigidas a un público joven, son adolescentes y adultos quienes más disfrutas de estos detalles.

Lightyear es una experiencia para fans, una cinta de entretenimiento que difícilmente se puede separar de la saga de la que deriva y en donde la nostalgia claramente juega uno de los elementos protagónicos. No es para nada una película imprescindible, y, aunque cuenta con elementos de sci-fi muy interesantes que separan su género de las cintas de Toy Story, difícilmente será recordada como algo más que un experimiento para seguir añorando ese universo al que pertenece.

 

 

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


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