Momentos Favoritos del Cine: El Live Aid de “Bohemian Rhapsody”

¿Cómo? ¿Cómo es que una película que salió apenas el viernes, puedo considerarla ya para entrar en esta sección, generalmente apartada para clásicos del cine? ¿Estoy en drogas? Si bien ‘Bohemian Rhapsody’ terminó siendo un biopic bastante safe en cuanto a la manera de retratar la truculenta y exótica vida del ídolo Freddie Mercury, son los últimos y gloriosos 30 minutos lo que le valió (al menos para mí) el ser incluida en esta clásica sección de martes. Pero antes tengo que desahogarme con algo:

Queen es Queen. Su importancia en el mundo de la música es innegable y escucharlos prácticamente es valor curricular. Hasta creo que las ceremonias de primaria de los días lunes deberían concluir con todos los escuincles entonando alguna de sus canciones. Al ser esta figura exaltada y casi mítica, hacer un film acerca de su historia siempre fue un arma de doble filo: iba a haber gente que la odiaría y gente que la amaría independientemente del tratamiento que se le diera. Efectivamente, el approach seguro y comercial que tuvo al final no fue del gusto de muchos. Pero ¿en serio esperaban que hicieran algo provocador? De todas maneras alguien se hubiera quejado por mancillar la imagen de Mercury. Teniendo esto en cuenta, la vertiginosa secuencia en la que la banda se ve sometida a una rueda de prensa (que más bien parecía interrogatorio en Guantanamo) es la manera de los cineastas de decir “se chingan, no queremos ir ahí”. Como buitres, los periodistas se abalanzan sobre Freddie para sacarle a huevo los detalles más escabrosos de su vida personal y este simplemente los ignora. Para todos los que querían ver algo más mórbido, ni pedo esto es lo que hay. Había que asegurar las entradas haciendo al film accesible al mayor público posible. Quien sabe, tal vez Bryan Singer si tenía planeadas escenas de depravación e iba a sacar todas sus cochinas fantasías en la filmación pero no le dieron chance y por eso dejó de ir a trabajar. Honestamente, no esperaba que fueran a hacer algo atrevido. Ni que en las dos horas y fracción que dura, pudieran profundizar en los demás miembros de la banda y en el por qué de las canciones. Pero una grata sorpresa fue la excelente y bien servida secuencia de los últimos minutos del largometraje.

Creo que la mayoría tenemos una lista de bandas por las cuales viajaríamos al pasado sólo para asistir a alguno de sus conciertos si de repente tuviéramos a la mano una Tardis o un DeLorean. De reducirlo a tres, mi lista quedaría en unos desafinadones U2 en Red Rocks, el debut de ‘Tommy’ de The Who y obviamente Queen en Wembley. Lamentablemente, nuestros científicos no han creado aún algo que pueda cumplirnos esos rockeros sueños y tenemos que conformarnos con dvd’s o videos en internet, viles tacos placeros. Pero cuando la ciencia falla, el cine ofrece una solución. En una acertadísima maniobra, la producción detrás de ‘Bohemian Rhapsody’ decidió reproducir minuciosamente la entera participación de la banda en el histórico concierto Live Aid de 1985, que tuvo como fin recaudar fondos para luchar contra la hambruna en África. Durante todo el film las canciones se quedaban a medias. Nos daban pedazos de algunas de sus mejores rolas pero la escena cortaba y lo dejaban a uno cantando solo como idiota. Todas estas pequeñas frustraciones musicales fueron satisfechas con esta secuencia final en la que, de repente, teníamos un pase vip al escenario de una de las más emblemáticas presentaciones de la banda.

Allá por el 2007, salió en cines un experimento llamado U23D, que básicamente era eso: un concierto de U2 en 3D. A pesar de que dicho filme lo tenía todo a su favor para sentir que habías estado ahí presente, aún se sintió una lejanía con lo que se veía. No pasó lo mismo con ‘Bohemian Rhapsody’. De manera ágil, durante el transcurso del pequeño concierto en Live Aid, pasábamos de estar sentados en el piano con Freddie, a estar apretados entre la eufórica y conmovida multitud para regresar al escenario con Brian May y ser incluso parte del grupo. La dinámica edición, la variedad de tomas usadas para capturar el espectáculo y la cantidad de detalle para reproducirlo fielmente (hasta se pueden ver los mismos letreros entre la gente) hacen de esta secuencia una experiencia inmersiva que hace que el boleto de la sala de cine haya valido la pena. Se puede ver la chinga que les metieron a los actores para lograr esto. Durante seis semanas estuvieron ensayando con un coach de movimiento y estudiaron, como si su vida dependiera de ello, los videos del show original. Ensayaban una canción diaria y el día final de grabación hicieron la presentación completa tres veces seguidas. El resultado fue uno de mis momentos cinematográficos favoritos del año…y de muchos fans que en la sala derramaron lágrimas traicioneras de emoción. No se hagan, ¡yo los vi!

Pero aguanten, hubo otro momento en la película que tengo que mencionar en esta entrada. Así es, ¡dos momentos favoritos en una sola! No sé si estoy alzando de más sus expectativas acerca de lo que diré a continuación pero yo me emocioné al verlo y ni modo. No es algo emotivo sino más bien cómico y viene de la mano del irreconocible Mike Myers. Parece que los productores lo contrataron solamente para meter a huevo un chiste referente a Wayne’s World y la verdad admiro esa desfachatez y cinismo. Por si no lo cacharon, el buen Mike hace el papel del ejecutivo de EMI que rechazó ‘Bohemian Rhapsody’ por no ser una canción con la cual los adolescentes fueran a hacer head-banging en sus autos al oírla a todo volumen. Nadie más hubiera podido hacer este chiste, así que respect.

En otro post, ya había mencionado que no soy muy fan del género biopic por su tendencia a exagerar las cualidades de la persona de la que trate, así como el artero uso de los elementos lacrimógenos para conmover a la fuerza. ‘Bohemian Rhapsody’ acaba siendo un film seguro, que muestra muy por encima las partes oscuras de la vida de Freddie Mercury pero que no busca forzar la emotividad. Sólo me quedo con la excelente actuación de Rami Malek y la genial secuencia del Live Aid. Ojalá que estos meses pongan a Queen en todos lados y que mi vecino que llega en su coche oyendo reggaeton a todo volumen diario, aplique mejor la de Wayne’s World. Me cae que me le uno:

Acerca del autor

El Markovich   @ChocolateBono  

Observador de la escena humana dentro y fuera de la pantalla. El cine y el chisme son de mis cosas favoritas, así que heme aquí. Yo sólo doy mi opinión, al final tú decides.


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