Momentos Favoritos del Cine: Ride for ruin and the World´s ending
Luego de tanto mame y toneladas de tinta invertidas en este descarado y mal articulado reboot de Star Wars, lentamente dejo mi espada de luz, me quito la túnica de Jedi, y vuelvo a mis habituales ropas de montaraz del norte de la Tierra Media (o un dunedain) a disfrutar de la ñoñez que mejor se me da, la fantasía épica; y que mejor manera de hacerlo que con esta magnífica escena de The Return of the King.
Hace doce años que esta cinta se estrenó y aún recuerdo aquellos años de enorme ñoñez en los que Peter Jackson era alabado como todo un Valar, sabio y hábil como ninguno, y que nos había regalado joyas tan geniales como el Balrog en Khazad Dum , así como la muerte de Boromir, y aquel enfrentamiento entre Gandalf y contra el mismo Balrog al inicio de la segunda parte, sin olvidar las grandes secuencias de la batalla por el Abismo de Helm. Pero para el cierre de la trilogía, el buen PJ tenía reservada la joya de la corona, uno de los eventos más emblemáticos de toda la saga y la razón por la cual yo ansiaba ir al cine a reventarme las pupilas con ella: La Cabalgata de los Rohirrim y la Batalla de los Campos del Pelennor.
Ver a Bernard Hill en su papel como el rey Theoden, cabalgando frente a sus hombres y chocando su espada con las lanzas de su ejército simplemente no tiene precio, los diálogos y el estruendoso grito al unísono de Deeeeath en el cine representan de misma manera lo que el maestro plasmó en su obra, y vaya que le hace justicia al estremecernos con el poder de esa escena. Sin olvidar la magnífica banda sonora a cargo de Howard Shore quien nos entregó un excelso soundtrack cuyos acordes ayudaron a enfatizar el poder de esta escena.
Claro que los haters abundan y en su momento en el mismo cine dijeron Neeee, ps le van a hacer igual que en la película pasada. Pero Oh Sorpresa, Tolkien estaba al tanto de eso y nos tenía reservado una linda sorpresita a los lectores; sorpresita que Weta Digital y Workshop trajeron a la vida de manera casi perfecta: Los terribles Mumakil, que no son otra cosa que enormes elefantes usados como tanques de guerra que destrozan todo a su paso. Esa secuencia también es una verdadera joya:
Una secuencia que heredaría mucho al mundo cinematográfico, primero por lo avances tecnológicos del software conocido como Massive que permite generar multitudes de ejércitos que actuan y reaccionan de la manera más real posible, así como una de las estampidas más grandes nunca antes filmadas. La escena se filmó con 250 jinetes a caballo (más o menos) donde la mitad de estos eran mujeres con barbas, de ahí los jinetes se replicaron de manera digital y como resultado tenemos esto.
Pero no solo son los aspectos técnicos, sino la comprensión y dedicación que hubo a la hora de llevar esta gran obra literaria al Cine.