Momentos Favoritos del Cine: The Dark Knight
Pocas actuaciones se compenetran de forma íntima con sus personajes, sin embargo dentro de estas hay un segmento mucho menor que lo hace convirtiéndose en el mismo personaje, sintiendo, expresándose y aprendiendo de ellos. Casos como los de Robert DeNiro en sus primeras etapas (Vivió como taxista antes de filmar Taxi Driver) y los más actuales y sonados de Cate Blanchett (Vivió como Bob Dylan para Im Not There) y Daniel Day Lewis (Por eso ha declarado actuar con tan poca constancia), son solo algunos ejemplos de ese método actoral llamado “Stanislavski”, la técnica en la que el histrión no solo intima, sino sufre una completa metamorfosis dejando de lado su personalidad y carácter para adoptar de forma temporal la de otro(a).
Ciertamente peligrosa, se necesita una preparación psicológica y una maduración acorde a la aceptación de perderse en otra mente, en otras emociones, en otros motivos, hasta en otro cuerpo.
Uno de los casos más sonados fue también el del australiano Heath Ledger, el cual para su papel multi galardonado de The Joker decidió sumirse literalmente en “el caos”, escribiendo diarios anarquistas, recluyéndose en un cuarto oscuro para reírse, caminar y transformarse a la postre en el villano icónico de Batman. Ledger ganaría el Oscar bajo horrorosas circunstancias; su problema de insomnio, depresión, fatiga, falta de concentración y maduración lo llevarían a nunca despegarse del personaje para morir de una sobredosis de pastillas después de terminado el rodaje.
Una desgracia, la pérdida de un gran y joven talento procrearía uno de esos desempeños memorables para la historia, de tal magnitud, que gracias a él podemos hablar de quizá la mejor o al menos una de las tres mejores cintas del subgénero, yendo más allá, revolucionando su estructura y convirtiéndose también gracias a un lúcido Nolan, en un thriller oscuro y complejo.
La cumbre de este desempeño es nuestro momento favorito, un interrogatorio entre el murciélago y su némesis en donde este último toma el control de la situación, donde Ledger bajo un diálogo y desempeño físico tétricos y precisos se transforma en un sombrío y calculador villano que desprende una inteligencia terrorífica para tensar no solo la historia, sino también al espectador , el cual es testigo del resquebrajamiento del héroe en un giro de tuerca que se ensalza gracias a su simpleza casi teatral, su química actoral (Provista principalmente por Ledger), un punzante guion y una edición, especialidad de la casa, que hacen de esta secuencia uno de los mejores y más formidables momentos del universo DC y de superhéroes en el cine.
Ayer apenas se celebraba el aniversario y nacimiento de Ledger, y mientras nos esperamos un año más para afianzar su Leyenda bajo nuestra colección de infografías, hay que recordar independientemente de la desgracia, este gran sacrificio por el arte, por el cine ¡Gracias Heath! Esa risa nunca nos la podremos sacar de la mente