Roman J. Israel Esq: Pobre pero honrado

Imagine querido lector que usted anda desempleado, va a cuánta entrevista de trabajo publican en el aviso oportuno ya sea en la edición impresa o digital. Trata de ser lo más honesto en sus respuestas e incluso, se vanagloria de su capacidad y desempeño conseguido a través de una larga experiencia laboral y, lo más importante, presume ser una persona íntegra con altos valores morales y un sentido de la justicia sin igual. Todo eso suena muy bonito e inspirador, sin embargo, la cruda realidad es otra.

La más reciente película de Dan Gilroy, director y guionista de Nightcrawler nominada al premio Oscar en la categoría de Mejor Guion Original en el 2015, aborda la historia de Roman J. Israel (Denzel Washington), un ex activista por los derechos civiles y abogado defensor de los derechos humanos, quien al morir su mentor se ve obligado a buscar trabajo en un mundo laboral sin muchas opciones, por lo que irremediablemente debe ajustarse a los parámetros y condiciones de George Pierce (Colin Farrell), un ambicioso y  millonario socio de una firma de abogados. Roman quien al principio funge como un quijote  (sin mancha) de las causas justas, reflexiona  acerca de hacer lo correcto en pro de los demás, sin verse favorecido en modo alguno, por aquello de que la gente puede ser muy canija y mal agradecida o, preocuparse por su propio bienestar económico apelando a la conocida frase “El fin justifica los medios”.

Denzel Washington, cuyo histrionismo no pongo en tela de juicio (aunque tampoco la actuación que brinda esta vez con todo y la nominación al Premio de la Academia puede calificarse de magistral), protagoniza una película que funciona como mero entretenimiento sobre todo en la segunda mitad, cuando disminuye la verborrea de términos legales que puede ser la delicia de los abogados pero la aburrición de quien no está familiarizados con los procesos jurídicos y menos de Gringolandia, para convertirse de lleno en un thriller policiaco estilo John Grisham.

Tras sorprender con la opera prima Nightcrawler, historia de un fotógrafo de moral más que dudosa,  Dan Gilroy da un giro y nos entrega un drama legal lleno de buenas intenciones y personajes maniqueos (la activista afroamericana buena, el abogado blanco malo) quienes hacen de ángel y diablo, hablando al oído de un Roman J. Israel para quien solo hay de dos sopas: dormir pobre pero con la conciencia tranquila o enriquecerse por medios ilícitos; claro que si se elige lo último tendrá que pagar las consecuencias.

Obviamente la cinta está dirigida al “Godín” que sentirá plena identificación al ver a un cuasi-santo Roman rogando por una chamba, atribuyendo que si no se la dan no es por falta de preparación u por obsolescencia, al contrario, se trata de un erudito, pero en el mundo deshumanizado en que vivimos sólo se puede conseguir lo inalcanzable siendo un reverendo hijo de ya saben qué, pues para los nobles idealistas no hay de piña. Comparto la visión más no la generalizo ¿Ya vio querido lector? Reconocí ser Godín.

Ahora imagine que está usted del otro lado, a la mejor termina admirando a George Pierce, impecable Colin Farrell vistiendo unos trajes de ensueño, sujeto indiferente a las problemáticas de carácter social y ambicioso defensor del cliente que le llegue al precio. Si es así, no lo diga a nadie, se supone que debe odiarlo y amar a Roman J. Israel con su peinado afro, tacuches anticuados y camisola de Johnny Laboriel.

Insisto, me quedo con el suspenso que entra a rescatar al espectador del letargo alcanzando la película con ello, un nivel aceptable, pese a un guion un tanto manipulador en lo que refiere a la consecución del éxito ($$$). Culpen a los tiempos políticamente correctos no al director.

Sin duda, lo mejor son las actuaciones de Colin Farrell (¡Qué corbatas! perdón por lo superficial) y de Denzel Washington, sin embargo, dudo que a éste último los balbuceos y tics Forrest Gumpnianos le alcancen para regresar a casa con la estatuilla. O quizá al igual que Roman, la estrella se conforme con dormir tranquilo.

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Acerca del autor

Flaco Cachubi     blogcinefantastico.blogspot.mx/

Amante del séptimo arte desde que tiene memoria o lo que es lo mismo desde que vio Superman. Sus géneros favoritos son el horror, la fantasía y la ciencia ficción. Ferviente admirador de Hitchcock y asiduo lector de Stephen King. El cine de luchadores, su máximo placer culposo. Se describe a sí mismo como un ser viviente que cultiva su mente, para ser un cadáver muy culto.


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