Sick of Myself: Crítica sin piedad a la generación Tiktok

Desde tiempos antiguos, el hombre como un ser social ha buscado (incluso de manera inconsistente) el ser aceptado y reconocido dentro de un determinado círculo. Este reconocimiento viene generalmente atado a un status, donde la revolución cultural – tecnológica hace que el galardón social ya no solo dependa de la clase al que uno pertenece, sino al impacto mediático que alguien genere. En este sentido, las redes sociales fueron la apertura para que, a través de un número determinado de iconos o reacciones, se cuantificara la relevancia de un individuo; estás herramientas han provocado la necesidad constante de una generación entera de ser el centro de atención, ahora elevada a la décima potencia gracias a que el Tik Tok y el Instagram lo hacen más sencillo.

Sick of Myself es una crítica dura a este “modus operandi” de gran parte de la generación millennial y centennial, llevándolo a los extremos más enfermizos sin dejar de apelar a una realidad incómoda.

El narcisismo es la moneda de cambio

La narrativa principal de la película se centra en Signe, una chica con un empleo monótono en una cafetería, y que tiene que soportar al narcisista de su novio, un artista de medio pelo con enormes aires de superioridad, cleptómano, egoísta, tóxico y con un par de “Daddy Issues” que serán el catalizador para que Signe busque la atención mediática incluso a costa de su propia vida.

Un primer logro de la cinta es que el conflicto no está construido a través de una casualidad banal, sino desde el contexto del ciudadano común: una chica normal con un trabajo promedio, pero con demasiados traumas y defectos; aquí viene el otro acierto, al presentarnos otra segunda capa donde tanto ella como su novio son dibujados como individuos nefastos e insoportables, lejos de ser un modelo ideal de esta generación. Hábilmente el guionista deja en claro su crítica hacía las formas que utilizará su protagonista para alcanzar la fama, evitando cualquier tipo de glorificación a estos comportamientos (probablemente el guionista gringo promedio hubiera hecho está “critica” desde el ámbito de una superestrella o tik Toker terminando con un resultado muy superficial).

La tercera capa es la formación psicológica que acaba por contestar acertadamente el “¿Por qué de las acciones de los personajes?” Tomando como pilar la relación tóxica de Signes y Thomas, la constante necesidad de competencia por llamar la atención de ambos, la personalidad hábil, pero sentida y embustera de su protagonista, son la base para el desarrollo de la respuesta y/o su directo mensaje ¿lo mejor? Que esto se resume en menos de 20 minuto, demostrando la practicidad de su realizador para contar relatos.

Después de construir estos cimientos sólidos, la película será un viaje a la degradación personal y la falta de amor propio que navegara entre la realidad y la imaginación de su protagonista, donde el director asestará un par de mazazos a la gran parte de la generación centennial, millennial, y un par de sectores sociales: desde aquellos que se pintan como personas “altruistas” y terminan viéndose como un par de buitres, los adictos al “torture porn”, los medios de comunicación que buscan el morbo como una mercancía, los que utilizan el auto victimismo como una escalera, lo pedante del modernismo en el arte (que no hay mejor ejemplo del narcisismo y la pedantería que el snobismo del arte), y principalmente el individualismo y narcisismo, nadie ni nada se salva de esta mordaz crítica con un claro objetivo: incomodar.

Pero quizás lo más crudo es que, en el fondo, la distancia entre el relato de Signes y la mayoría de nosotros no están lejana. El extremismo con que la protagonista lleva a cabo sus acciones, quizá no se deba a la necesidad de reconocimiento, sino a esa aprobación constante y frustración al rechazo. Las redes sociales han sido el componente para encontrar validación, y como consecuencia, se genera un caldo de cultivo donde el reconocimiento social se vuelve algo enfermizo; de no obtenerlo, generará en esta generación depresión y ansiedad (no es de extrañar que los centennials sean la generación más ansiosa de todos los tiempos).

Aquí viene la principal crítica, pues de comenzar como una comedia mordaz de situación, el director transforma de manera orgánica su relato hasta en convertirse en lo que es, una tragedia deprimente y penosa, sinónimo de nuestra realidad (comienza con un par de risas, hasta que cuando menos nos dimos cuenta, estamos sacrificando la propia dignidad fabricando una realidad alterna con tal de ganar un par de “likes”). Así como nuestra protagonista, navegamos constantemente entre lo que queremos y lo que podemos ser, intentando con estas píldoras llamadas reacciones validar o alcanzar los que deseamos, perdiendo nuestra autenticidad individual.

Dirección acertada.

La dirección de la película es correcta, está bien fotografiada y el tono es correcto, quizás hay un par de detalles en la edición de un director que aunque ha dirigido un par de cortometrajes y documentales falsos es aún un novato en la parte de ficción.

Actuación de lujo

Guarden el nombre de Kristine Kujath Thorp, su interpretación de Signes es excelente y me atrevería decir que por el momento es una de las mejores del año, siendo una ejecución de emociones amplia; desde las risas, el drama, la intriga pasando por el dolor, y la pena, un papel estupendo que resaltó; no basa su performance en el dolor físico de su papel sino en el dolor psicológico.

Calificaciones:

Guion 3.2 – ¿El mejor guion del año? si bien su final puede ser anticlimático y se come algunos detalles, el planteamiento de sus ideas y su crítica está bien cimentada.

Dirección: 2.6 – Un trabajo decente para un director primerizo

Actuaciones: 1.7 – Kristine lo mejor de la cinta.

Extras: 0.5 – Buen soundtrack.

Calificación: 8.0 – Buena

¿Y al final cuál sería la lección de Sick of Myself? Tristemente la película no tiene un tono aleccionador, es sumamente pesimista, pero quizás sea más simple de lo que uno piensa

En una sociedad en su mayoría narcisista, dónde lo viral y mediático parecen ser lo más importante, y dónde constantemente navegamos entre la realidad pragmática y virtual, lo más sano quizás sea bajarle de huevos a nuestro licuado, dejar de pensar que somos el centro del mundo y asumir de manera noble que dentro de este microcosmos de la humanidad: “No valemos ver…guenza”.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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