Smile: El que se ríe, pierde.

A veces es difícil saber si el cine de terror se está haciendo más joven; o sigue igual, pero nosotros somos más viejos. Sonríe, como le pusieron en nuestro querido país; objetivamente no trae nada en su trama que no hayamos visto antes, pero la forma y el ambiente hacen que se sienta como algo fresco.

En los primeros diez minutos sabemos que nuestra protagonista: Dr. Rose Cotter (Sosie Bacon), tiene un trauma con la muerte de su madre, es workaholic y acaba de ver a alguien morir. A partir de ese día comenzara a experimentar cosas muy difíciles de explicar, se siente perseguida y con menos cordura con cada día que pasa. Esta entidad viaja de sonrisa en sonrisa matando personas y mientras le encanta perseguirte, creando ese ambiente de desesperación que odias o amas.

A primera vista esto parece una amalgama de It Follows con una pizca de Truth or Dare, ahora donde reside su punto fuerte es en el énfasis que le da a la salud mental: Rose es psiquiatra que ignora su propia salud hasta que su jefe se lo recuerda, a lo largo de la cinta la acompañamos en sus ataques de ansiedad y su lucha porque alguien le crea. Seamos sinceros ¿cuántos de nosotros crearíamos que es algo sobrenatural a la primera que alguien nos lo cuente? Es mas probable que le recomendemos un psiquiatra y la cinta lo sabe, juega con eso para construir aún mas la desesperación y soledad de Rose.

El suspenso es creado a partir de situaciones comunes junto a una buena banda sonora, sutil pero efectiva. Al final si bien predecible, la representación paranormal se dispara, lo cual puede perderte si eres de los que prefiere que los seres malignos no sean tan gráficos. En general se defiende como una entrega decente de terror en el año, tropieza en el último tercio que pudo ser más corto, pero se disfruta mientras estamos ahí.