The Darkest Minds: El romance más ridículo desde Crepúsculo

Y entonces leerán el título y se preguntarán, ¿que no era esto una película sobre superpoderes? O al menos eso era lo que yo creía. Bienvenidos a una nueva trilogía en donde los adolescentes son la potencia económica del planeta y donde “el elegido” será el salvador de este alarmante mundo distópico. Esto, en resumidas cuentas, es The Darkest Minds.

Mentes Poderosas (su título adaptado para Latinoamérica) se centra en un futuro en el que una extraña enfermedad ha acabado con el 98% de los niños y adolescentes de Estados Unidos, dejando a un 2% que desarrolló extraños poderes. Entre ellos, Ruby Daly, una adolescente de 16 años que logra escapar del campamento para todos los niños sobrevivientes cambiando así el destino que le habían impuesto.

Dirigida por Jennifer Yuh Nelson, The Darkest Minds está basada en la novela homónima escrita por Alexandra Bracken y cuenta con la participación de la desaparecida Mandy Moore y la novata Amandla Stenberg, la nueva adolescente afroamericana de moda que también participó en el inicio de la trilogía de The Hunger Games.

No es necesario ver esta historia con mentalidad adulta para darse cuenta de la cantidad abrumadora de clichés del género que contiene; desde “el elegido”, el amigo geek y divertido, el enemigo engreído que cae por la protagonista (créanme, no es spoiler), entre muchos otros que convierten esta película en una de esas adaptaciones que busca su golpe de suerte entre el montón de competidoras.

La predictibilidad de las situaciones es otro punto que va muy junto al punto anterior, dejando que el factor sorpresa no sea una de las características del relato y por supuesto, creando un halo de aburrimiento para el espectador.

Y hacemos un apartado especial para mencionar la aberración más grande de la película, el romance; ese que te intentan meter con calzador desde el primer momento hasta hacerlo extremadamente ridículo, convirtiéndolo en el más grande protagonista aun cuando la primicia de la cinta advierte otra cosa. Aquí es cuando parece que todo lo demás es un pretexto para crear una historia romántica que peca en exageración y melosidad, incluyendo para ello situaciones poco naturales que pretenden convencer de la veracidad de este amor adolescente.

Dirigido a un público totalmente juvenil, The Darkest Minds no se salva de ser un nuevo bodrio que no necesitamos ver convertido en trilogía, una opción ni siquiera recomendable para la generación Z . A menos que seas del tipo “me sorprendo fácil o me gusta todo”, no hay razón para perder el tiempo viendo otra más de esas poco novedosas historias adolescentes.

 

 

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


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