The Flash: La Fugacidad de DC.

Es un hecho. DC/Warner intentó emular al MCU, paciente y precisamente construido (pero siempre cuestionable), de una manera apresurada y ciertamente forzada. El resultado fue una saga cinematográfica de calidad inconstante y afectado por decisiones que han enfurecido a los fans.

Con The Flash (2023), DC hace un intento desesperado por apaciguar al público enfadado apelando a la nostalgia y al mismo tiempo borrar al menos parcialmente el fallido Snyder-verse, dándole un final mediocre, aunque por momentos entretenido, pero en el que se aprecia que Warner no tiene la menor idea de qué hacer con sus propiedades intelectuales y la franca decadencia del género de los superhéroes.

¿De qué va?

El novato superhéroe Flash (Ezra Miller) descubre que su super velocidad le permite viajar al pasado, lo cual aprovecha para evitar el asesinato de su madre Nora (Maribel Verdu) y el injusto encarcelamiento de su padre Henry (Ron Livingstone). El intervenir en el tiempo, por supuesto, tendrá catastróficas consecuencias.

Basada en la saga Flashpoint. Dirige el argentino Andy Muschietti.

Sobrecarga de nostalgia.

Por supuesto, no diremos nada que el tráiler no haya revelado ya. El jugar con el tiempo causará la aparición de versiones diferentes de los personajes conocidos, para regocijo de los fans más añosos y obsesionados. El Batman de las películas de Tim Burton interpretado por un envejecido Michael Keaton toma la película para sí mismo y es el elemento más destacado.

Revisitar ciertos eventos del Snyder-verse también traerá sonrisas a quienes simpatizan con esta Justice League más oscura y lamentan su total aniquilación. Nostalgia por eventos recientes bien colocada, pero…

… hecha al vapor

Los pésimos efectos visuales, dignos de una serie de WB de mediados de los 2000, resultan chocantes cuando se supone que estamos en la época cumbre del CGI. El director ha explicado que tan malos efectos, sobre todo en las escenas que muestran el multiverso, tienen una razón de ser: aparentemente así es como Flash ve el mundo debido a su velocidad. Sea o no verdad, la película luce sin terminar, como un videojuego en versión Beta lanzado antes de tiempo. Una verdadera lástima.

Por otra parte, el desatinado casting, donde DC demuestra el desastre que es actualmente,. Y es que algunas partes del Snyder-verse siguen en pie y otras no; entonces, si aún veremos a ciertos personajes y serán usados como “fanbait” ¿porqué ese sainete de re contratar y luego despedir escandalosamente al querido Henry Cavill como Superman? Nunca un estudio se vio tan despistado.

Sasha Calles como Supergirl y una poco atractiva Iris West (Kiersey Clemons) están ahí para cumplir las cuotas y su presencia es del todo estéril. Y es que no se espera gran trascendencia del casting cuando es dudosa la continuidad de sus personajes.

Pero ¿entretiene?

El punto a favor es que la película entrega exactamente lo que promete: entretenimiento sencillo y sin pretenciones. El guión se deja ver fluidamente y las escenas de acción cumplen su cometido de ofrecer uno que otro sobresalto. El humor es un emulo descarado del ya decadente MCU, pero se deja ver.

Fuera de la grata presencia del Batman de Tim Burton no hay mucho que ver. Entretenimiento vacío como los snacks que Flash debe consumir para mantenerse con vida.

¿Hay que verla?

Solo para dar un cierre al Snyder-verse y preparase más o menos para el enésimo reboot de DC, y acaso distraerse de esta ola de calor asquerosa. Es un cierre entretenido pero indigno para un proyecto que prometía mucho.

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Acerca del autor

Dr. Dark    

Médico de profesión y cinéfilo de corazón. Amante del buen cine y destructor del que no lo es.


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