The Menu: Mejor hubieras ido por unos tacos

Indiscutiblemente, en los últimos años por factores económicos, sociales y culturales, el discurso anti-snobista y de crítica hacia los gustos, y el apetito voraz de la clase alta, se ha vuelto una constante en los productos culturales de nuestros tiempos.

Independientemente de la postura personal de cada individuo con respecto a este tema, no está mal que algunas producciones intenten exponerlo en su obra con el fin de traerlo a la discusión pública.

El problema es cuando una producción quiere elevarse a este tipo de temas, tocándolos de una manera superficial, banal, y que en poco tiempo uno se da cuenta que la visión del creador es sumamente corta y termina por exhibir sus carencias creativas e intelectuales.

Esto pasa con The Menu, que es igual a un perro mordiéndose su propia cola, pues en su intento de crítica a la clase alta, sus gustos esnobs y pretenciosa, termina por ser igual de esnob y pretenciosa.

La historia de The Menu trata de un grupo de clientes que busca la más exclusiva experiencia culinaria, y para eso es llevado a una isla donde funciona el restaurante Hawthorne. Allí, el Chef Slowik (Ralph Fiennes) ofrecerá un trabajo único, con un espléndido menú de gastronomía molecular, sin embargo, este maestro de la cocina tendrá algunas experiencias shockeantes que aterrarán a los comensales.

Cada uno de estos comensales representa a un parte de esta sociedad de clase alta (mamadora); desde los críticos destructores, los millonarios empedernidos, las estrellitas de la farándula, e incluso hay una pequeña representación de los fans extremos (Tyler), que son capaces de tragarse (literalmente) las faltas de respeto de sus ídolos y seguir alabando al motivo de su obsesión.

La presentación de los personajes es la correcta, y el primero a destacar es el de Anna Taylor Joy, quien está lejos de ser una amante extravagante culinaria y funge como los ojos de la audiencia por su visión simplista del tema; el segundo es el chef, quien en un inicio mantiene un aura de misterio con respecto a la narrativa de sus platillos, pero que conforme avanza la película, se va descubriendo que su objetivo es ridiculizar a esta clase alta, mostrando su estupidez y superficialidad. El misterio de la trama va radicando en los motivos que tiene el personaje de Fiennes.

Los problemas comienzan cuando prácticamente a la mitad el discurso de las clases sociales y de la burla del esnobismo se va quedando más corto, pues incluso en su tono de burla no pasa más allá de estigmatizar a sus personajes (comparar por ejemplo con Parasite o The Square, que establece mejor estos puntos sin maniqueísmos). Si bien el Chef establece de manera dialéctica ciertos malos tratos que existe entre esta clase alta y la gente que se dedica al área de servicios, ni siquiera esto se demuestra de manera indirecta y está lejos de exhibir un “por qué” de estás actitudes.

Y si piensan que estoy exagerando, está visión corta y superficial se termina por notar en el desarrollo del personaje que le han dado al chef; al final cada uno de los invitados estaba meticulosamente seleccionando, pues representa un episodio oscuro de la vida de este individuo, desde la crítica que destrozó su restaurante, hasta los lamebotas del dueño del restaurante. Hasta ahí quizás la dialéctica de rico-pobre tiene coherencia, pero el problema es cuando uno de los invitados (Richard y su esposa) simplemente fueron seleccionados por ser millonarios, y cuyo único pecado fue no reconocer los platos del chef o no apreciar del todo lo que cocinaba; este detalle junto con otros momentos, termina por arruinar completo al personaje, pues lo termina por hacer ver más como un resentido que como un oprimido, lo cual es un lastre completo para la premisa de la “lucha de clases”, pues prácticamente al estigmatiza a la otra parte con un diseño tan básico, y peligroso (y aunque muchos dirán que suena demasiado woke) termina por perjudicar más de lo que ayuda, ¿Imagínense que alguien perteneciente a esta clase alta termine por validar sus estereotipos con el personaje del chef?

En tiempos tan parcializados, reforzar este estereotipo contribuye a discursos peligrosos y negativos, aparte de que no ayudan a la conversación, pues son retratos sumamente superficiales que poco explican la relación causa-efecto de la dicotomía de la desigualdad.

Otro detalle ¿Qué no lo más esnob del mundo sería despreciar (en el sentido humano) a alguien por no apreciar una obra de arte de alta dificultad? ¿Qué no es contradictorio criticar al esnobismo utilizando a un personaje demasiado esnob y pretencioso?

Al final si está visión es limitada, es porque sus escritores han demostrado su músculo intelectual, generando una visión poco cuidadosa de un tema sensible que necesitaba mucha perspectiva, exhibiendo sus propios estereotipos y convirtiéndose en lo que más critican (unos esnobs petulantes)

Y para terminar de darle en la torre al guion, las resoluciones finales terminan por ser demasiado convenientes llenas de “deux ex machina” o giros de tuerca inconsistentes (un suicidio al vapor, un policía falso y hasta una hamburguesa) que convergen en un final sin sentido.

Dirección decente

Si bien no estamos ante algo espectacular, estamos ante un montaje y una fotografía correcta. Lo destacable de la dirección de Mark Mylod es el ritmo que le imprime a la película, lo cual hace que por lo menos sea atrapante, y esa atmósfera algo turbia que le imprime a este restaurante (que cumple con el cometido de ser claustrofóbica), sin embargo, mucho de estos elementos sensoriales son tirado a la basura por su narrativa inconsistente.

Taylor y Fiennes.

Anna Taylor cada vez se consolida como una actriz destacable; tiene la fortuna de tener el personaje “mejor escrito“,  por lo que termina por lucirse, aparte de que su carisma ayuda a la narrativa de ser “ el personaje del pueblo “.

Fiennes, a pesar de los errores del diseño del personaje, aporta ese toque de intriga en sus expresiones al Chef, acabando incluso por salvar un poco “las papás” al guion. Que categoría de actor.

Calificaciones

Guion 1.0 – Aunque tiene una premisa interesante, su tesis tiene una visión superficial, y su desarrollo es torpe

Dirección: 2.7 – Rescatable, pero su atmósfera claustrofóbica es arruinada por su horrible narrativa

Actuaciones: 1.7 – Fiennes es el MVP, mejorando en lo que puede un personaje mal escrito

Extras: 0.5 – El diseño de producción está de primer nivel

Calificación 5.9 – Mediocre tirando a mala.

El menú es como un restaurante que se ve bonito, la decoración es de lujo e incluso el servicio es bastante eficiente, pero la parte central (que es la comida) es de baja calidad, poco saludable y aparte los chefs son tan pedantes que creen que están cocinando la octava maravilla del mundo  Así es el guion, no importa cuánto se esfuercen los demás mientras este no sea tan siquiera decente o medianito, la película será más comparable a las sobras de los platillos que dejan los comensales que a un rico filete asado.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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