The Worst Person in the World: La frustración de no saber como elegir la vida

A todo mundo en algún momento le llega esa sensación de insatisfacción del rumbo que está tomando su vida. Aunque hoy en día pareciera más común, quizá es un mal generacional o quizá hoy todo pasa tan rápido que buscamos a cada momento cosas que nos reten y motiven, lo que a la larga puede convertirse en una frustración crónica. Por esto no es tan difícil que logremos identificarnos con Julie, la protagonista de la última película de Joachim Trier, y quien cerca de sus 30 años se encuentra en un bucle de insatisfacción crónica donde no hay elección que la termine de convencer y de “llenarla” para realizarse en la vida. Primero ve en la medicina algo retador y decide estudiarla, para solo darse cuenta qué no “es por ahí”. Luego estudia psicología y le ocurre lo mismo; para después llegar a la fotografía, la que además no culmina. ¿Quién no ha estado en algún momento en esa situación? Creo que todos, y francamente a las personas que no, yo en lo personal las admiro. Tener completamente claro que quieres hacer en la vida sin llegar a un punto de recambio o de frustración me parece muy poco usual.

Y pues como comentaba, no es el caso de Julie, para quien estas continuas decepciones son el móvil de todas sus acciones, incluida su vida sentimental, porque al igual que con su profesión, sus relaciones sentimentales no llegan a algo concreto hasta que conoce a Aksel, un exitoso escritor de novela gráfica algo mayor que ella, pero que la atrae y estimula intelectualmente. Con Aksel logra por fin cierta estabilidad, aunque al verse inmersa en la rutina y sentir la presión social constante (matrimonio, hijos, etc; no podía faltar un marcado discurso feminista) recae en otra crisis existencial sintiendo que ha desperdiciado su tiempo y su talento. En ese momento de asfixia huye, y llega a una fiesta donde conoce a Eivind, un chico con el que se identifica inmediatamente y es encantador, mucho más simple que su pareja actual y por quien Julie, después de algún tiempo termina con Aksel.

Pero otra vez esa extraña sensación de cotidianidad, hacen que ponga todo en perspectiva y vuelva a sentirse insatisfecha. Además, dos noticias hacen que su vida se sacuda más, una es que descubre que está embarazada, y la otra es que Aksel su anterior pareja padece cáncer de páncreas y la está pasando mal; decide ir a visitarlo al hospital y conversa con él de una manera profunda, como hace mucho no conversaba con nadie; aunque sabe que podría lastimarlo, le platica sobre su embarazo y él le dice que se arriesgue, que hará un buen papel de madre y que no piense tanto las cosas. Este agridulce encuentro con Aksel la hace tomar nuevamente la decisión de cambiar el rumbo de su vida, y así vemos al final de la película lo que supone un nuevo comienzo para Julie, que sigue en la continua búsqueda de que es lo que quiere hacer, pero segura de saber lo que hasta ese momento no quiso.

Pero todo esto ¿la convierte en la peor persona del mundo? Por supuesto que no, aun cuando ella a cada momento se sienta así. Y es que vuelvo a lo mismo, Julie se juzga a si misma de esa manera por todas las convenciones sociales establecidas. No tener claro a que quieres dedicarte supone (malamente) ante la sociedad inestabilidad, falta de decisión, inmadurez, etc. No querer casarte y tener hijos, mucho peores etiquetas, es casi una ofensa y eres un  egoísta y falto de compromiso. No estar pensando en formar un patrimonio, muy mal. Pero aún con todo esto, Julie está muy lejos de ser la “Peor persona del mundo” solo quizá una que no sigue al pie todo lo tradicional.

Me recordó un poco aquellas frases de Trainspotting, aunque Julie no evita elegir la vida convencional por rebeldía, sino que simplemente sabe que es lo que no quiere y va improvisando su rumbo siempre abierta al cambio. Claro, se le puede tachar de banal y de que si no tuviera la ayuda económica base de su mamá a quien menciona un par de veces en la película (privilegios que les llaman) no tuviera otra opción que continuar aún cuando no es lo que la satisfaga, pero eso tampoco le resta mérito de atreverse a tomar ese tipo de decisiones cuando algo no te hace feliz, aún con todos los privilegios no es algo sencillo.

Con una narración en 12 capítulos y un epílogo que te van mostrando acontecimientos particulares de la vida de Julie, la historia se siente menos pesada ya que en momentos siento que abusa un poco de los silencios contemplativos. La sensación al principio es que la película te puede agradar al sentirte identificado con la protagonista, pero no deja de ser una situación banal y que no llega a ser tan trascendente, por más drama con el que se quiera retratar. Se dramatiza y da demasiadas vueltas a algo que es simplemente una crisis existencial. Además, en momentos cae un poco en lo cursi.

Aunque lo mejor son las actuaciones, fue lo que más me agradó de la película, en particular la de Renate Reinsve (Julie) quien expone muy naturalmente toda una gama de emociones y de hecho la llevó a ganar el Premio a Mejor Actriz en el festival de Cine de Cannes 2021. También las escenas en exteriores, como retrata esos ambientes de la sociedad noruega, me parecen un acierto.

Está nominada en esta edición de los Óscar a Mejor Guion original y Mejor Película en Lengua extranjera.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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