Top 21 De Terror Del Siglo XXI según Bedub (Parte 2 de 4)
Seguimos en este top de terror moderno donde los planteamientos no son muy originales pero los acertados manejos de sus directores logran crear la atmosfera necesaria para que los espectadores vuelvan a sentir miedo.
Bonus. The Last Exorcism (Daniel Stamm, 2010)
Otra de poseídos dirá usted y en parte tiene razón pero hay que tener en cuenta que el 90% de la película nos lleva por otro sendero lejos de los típicos clichés del subgénero. El terror no está en la posesión como tal sino en quienes están alrededor, de una partida de religiosos retrógrados que dan más miedo que cualquier demonio. La ignorancia y las creencias unidas son más peligrosas que cualquier arma. La poseída se encuentra en el medio de dos mundos muy oscuros, ella será la victima circunstancial y nosotros seremos víctimas de los últimos diez minutos donde todo se echa a perder. Maldita sea, pudo ser buena.
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Bug (William Friedkin, 2006)
Señoras y señores, el mismo director que nos trajo la aterradora The Exorcist en 1973 vuelve con una historia no de la calidad de su increíble clásico pero si vemos esbozos del mejor Friedkin que se perdió durante mucho tiempo. Una pareja se conoce en un motel de un desierto, cada uno tiene serios problemas que no puede enfrentar: Ella, con rasgos depresivos que se incrementaran en la medida que su soledad es amenazada. El, con paranoia incesante de una vida que jamás tuvo. La colisión de estas dos vidas y condiciones no será de ninguna manera saludable para este insólito par y cuando el terror pasa del aspecto psicológico al físico, tengan preparados sus ojos.
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Haute Tension (Alexandre Aja, 2003)
Una característica más que obvia del cine slasher es que no es muy complejo, se basa en el juego muy sangriento del gato y del ratón. Entonces ¿Cómo logra una película de este tipo posicionarse en un top? Primero: las escenas violentas tienen que ser realmente elaboradas y los momentos de tensión tienen que ser puntos muy altos de suspenso, emoción y miedo para el espectador, y es lo que logra Aja en este largometraje. Qué empieza con un brutal asesinato y sigue creciendo de manera estimulante para la audiencia, fallando únicamente en un final pensando en ellos pero que no cierra correctamente todo lo que vimos. El público no es tan idiota y se debió optar por una salida menos facilista.
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Session 9 (Brad Anderson, 2001)
Retomamos la indudable importancia de la ambientación en el terror y claramente podemos detallarlo en la película de Anderson, el hospital mental abandonado donde se desarrolla la historia es otro personaje; Personaje con recuerdos, vivencias, inamovible pero es un ente vivo respirando sobre los protagonistas. Ellos son un grupo de cinco albañiles encargados de desmantelar el sitio, los grandes pasillos, el eco de su propia voz, secretos por revelar y unas sesiones de grabación de los pacientes harán que sus más grandes odios y miedos aparezcan sin cesar hasta un punto inevitable.
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The Conjuring (James Wan, 2013)
El director estadounidense aprendió la lección de su película anterior de casas embrujadas y esta vez encausa y desarrolla la historia de manera más mesurada, no hay afán, no hay que mostrar de más. El relato de una familia que se muda a su nueva gran casa a las afueras de la ciudad, en un principio idílico ambiente, poco a poco se transforma en una pesadilla donde se enfrentan a un espíritu malévolo que no pretende espantarlos sino acabar con sus vidas. Una pareja dedicada a estudios paranormales toman el caso e intentan ayudar. Con ciertos guiños a películas clásicas el director logra su mejor película hasta ahora.
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The Descent (Neil Marshall, 2005)
Qué mejor que terminar con claustrofobia. Un grupo de amigas tienen por hobby la espeleología, usualmente van a cuevas turísticas que no representan mayor peligro pero una de ellas, la más aventurera, las lleva a un sitio totalmente desconocido que las pone a prueba no sólo físicamente sino mentalmente. El terreno nuevo, recóndito, inexplorado y oscuro logra que poco a poco las amigas pierdan la paciencia, la serenidad, el oxigeno no llega a la cabeza y si le sumamos unos seres desconocidos con un voraz apetito tenemos un film casi, casi redondo.
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