Trolls 3: Basura visualmente atractiva

Las películas animadas de Dreamworks resultan siempre una interrogante. Y es que podemos descubrir verdaderas joyas (Shrek, Cómo Entrenar a tu Dragón, El Gato con Botas: El Último Deseo) o  bazofias totales (Shrek 3 y 4, Vecinos Invasores, o más recientemente Krakens vs Sirenas). El caso de la saga de Trolls es una de esas rarezas en las que la primer película de la saga es deleznable, mientras que la segunda es altamente disfrutable (aunque sin alcanzar niveles superlativos). La interrogante sobre el nivel de esta tercera entrega se resuelve desde los primeros minutos, y es que si bien sigue siendo una mejor película que la entrega inaugural, no alcanza a ser tan disfrutable como la secuela que la precede.

Poppy y Branch continúan su romance, pero secretos del pasado de ambos comienzan a salir a la luz, al descubrirse que Branch llegó a formar parte (junto con sus cuatro hermanos, de quien anteriormente no se sabía nada) de una Boy Band durante sus años mozos. Esta banda, llamada BroZone, deberá reunirse años después de su dolorosa separación para rescatar a Floyd, uno de los hermanos de Branch, quien ha sido secuestrado por Velvet & Veneer, un par de estrafalarios y plásticos hermanos quienes se encuentran en la cima del éxito, logrando este gracias a que exprimen el talento de Floyd y quienes planean secuestrar a otros Trolls para mantener y expandir su éxito. Los BroZone deberán alcanzar la armonía familiar perfecta para lograr rescatar a Floyd.

El principal problema que presenta esta nueva entrega, es debido a lo inconsistente de su guion, mismo que está lleno de incongruencias, gags bobos, resoluciones facilonas y, sobrecargada de subtramas que resultan intrascendentes e innecesarias. Lo confuso y rebuscado de la premisa principal se ve aún más contaminada por las historias paralelas: la boda y luna de miel de Bridget y Gristle, las historias personales de los hermanos de Branch, la historia de Crimp, quien es la asistente maltratada de Velvet & Venner y, una aún más innecesaria: la de Viva, la hermana perdida de Poppy.

¿Y la música? La realidad es que las referencias musicales siguen estando a la altura de las entregas anteriores, claramente haciendo énfasis en aquellas canciones de boy bands de los 90’s y 2000’s, pero sin olvidar referenciar grandes canciones de los 70’s y 80’s, como “The Hustle” de Van McCoy o “Ninet o Five” de Dolly Parton, que además sirven de base para las dos de las mejores secuencias de la película. Aunque la necesidad de referenciar a bandas como NSYNC (quienes se reunieron para crear una canción original) o a Magneto, Mercurio, etc., en el doblaje en español, merman los diálogos e incluso resultan odiosas por momentos.

Lo que uno no puede dejar de aceptar (e incluso de alabar) es el trabajo detrás de la animación de esta película. No sólo el diseño de los personajes en sí, sino también la técnica utilizada. Nuevamente Dreamworks recurre al uso de CGI y lo mezcla con animación 2D en varias secuencias, particularmente en secuencias musicales psicodélicas que resultan un verdadero festín visual.

Dentro de lo positivo de esta entrega, está también el hecho de que sigue escapando a ser otra de esas historias aleccionadoras que abundan en el cine de animación, prefiriendo enfocarse en temas que bien podrían resultar más “adultos”, como es el explorar la estética y configuración de las Boy Bands, de las desintegraciones familiares y de hacer una denuncia abierta hacia todos aquellos músicos y bandas que se aprovechan del talento de otras personas (músicos, coreógrafos, productores, etc.) para brillar aún sin tener el menor atisbo de luz propia. No obstante, el balance general resulta con creces negativo ya que Trolls 3 tiene todo lo que está mal en el cine de animación: guion superficial y lleno de Deus Ex Machinas que menosprecian al espectador, chistes clichés y, sobre todo, doblajes repletos de “estrellas” quienes dejan mucho que desear en su calidad actoral.

Habrá que resaltar un punto: si usted es un padre de familia cuyos hijos no dejan de hacer escándalo y busca gozar de un par de horas de calma, esta película es la mejor opción para usted. Y es que el uso de los colores en extremo brillantes y la música, provocan en el espectador infantil un efecto casi hipnótico. En una sala llena en la que dos terceras partes de la audiencia la componían niños menores de 8 años, quienes antes del inicio de la película gritaban y saltaban en sus asientos, fue curioso que, de inicio a fin de la película, no se escuchara un solo ruido, y sólo se reanudara el escándalo sólo al término de la función.

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Acerca del autor

Jose Roberto Ortega    

El cine es mi adicción y las películas clásicas mi droga dura. Firme creyente de que (citando a Nadine Labaki) el cine no sólo debe hacer a la gente soñar, sino cambiar las cosas y hacer a la gente pensar mientras sueña.


1 Comment

  • Aqui muchos fans del anime la estan odiando porque coincide su estreno en España con El Niño y la Garza y adivina a quien le dieron mas salas… si, ya apesta desde ya….

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