Venom: El simbionte más tierno y chistoso del universo
¿Por dónde empezar a describir un producto tan infame que ni siquiera cumple con los estándares más básicos del subgénero para entretener sin pretensiones o dejar a su fandom medianamente satisfecho? Declarándome no solo ajeno al universo cómic sino también fiel defensor de que un producto fílmico debe ser analizado independiente de su origen en las viñetas (si no existe la justificación narrativa en el lenguaje fílmico entonces no existe tal justificación), analizar un bodrio de esta calaña suele ser la labor más titánica para un crítico, y es que se vuelve tan tortuoso encontrar esbozos de calidad sumida en tanta pila de sandez argumental, que al final esta labor de supervivencia mental me hace cuestionarme si en realidad vale la pena escribir sobre esto.
Empezaré diciendo que Venom plantea un desarrollo totalmente inservible desde sus primeros minutos, denotando una edición y ritmo del manual de transición donde nuestro “antihéroe” se ve introducido por retazos de videoclips y divisiones de pantalla. Si bien este collage fugaz de imágenes nos sirve para esclarecer que estaremos alejados incluso del tono más bajo de calidad de Marvel, el espectador tal vez no se encuentre preparado para un entorno que empeora progresiva y dilatadamente, esperando que pase el acto del “Eddie Brock” cómico durante una hora y fracción, para dar lugar en lo que resta a la aparición de la “estrella” principal, un alienígena simbionte que forma parte de un doble acto de humor con su huésped
¡Inaudito! Y yo que pensé que Peter Parker y Spider-Man eran los chistosos y sarcásticos, el guion y la dirección de Ruben Fleischer deciden encausar una comedia de enredos sobre un reportero “mala pata” que pierde su trabajo, su novia (todo de una manera tan fortuita), su casa y su dignidad, y aún así se vuelve parte de un complot científico que lo llevará a renacer como un superhéroe come cabezas de “mala gente”, un alienígena que solo lleva la etiqueta de ser un “perdedor” en su planeta de origen, y que optará por quedarse en este porque le toma mucho cariño su huésped. No, no lo están leyendo mal, y es que ese es el argumento y la justificación de Venom, dentro de un relato inconexo e incoherente en donde todo se dispara como arte de magia en tan solo dos noches que abarca su timing.
Ahora que, si ustedes pensaban que irían a ver una película oscura, violenta y sobre un antihéroe, déjeme desmentir esta falacia y contarle que Venom brilla de ternura fraternal, es totalmente apta para los niños y su planteamiento no es el de un “antihéroe”, sino todo lo contrario, es un Don Juan conquistador, ameno y muy chistoso que gusta de salvar a las personas bondadosas. De hecho la comicidad desbordada de estos dos entes es tan desquiciante que cualquier sustento dramático y/o de suspenso es eliminado por parte de su narrador, conmemorando su creciente idiotez con diálogos de cambalache humorístico que incluso llegan a afectar a todos sus personajes en lo que en realidad es un sketch de stand up, dime, diretes y accidentes laborales de casi dos horas.
Las actuaciones son notablemente forzadas y vergonzosas. Si bien se ve que Tom Hardy puede hacer tan débil papel hasta borracho (porque eso parece en todo el film), su participación estelar es insuficiente frente a la absurdez del libreto y su personaje. Ya no digamos de Michelle Williams, una “patiño” desdeñable que entrega una de las escenas más horrendas en la historia del subgénero (¿Recuerdan Iron Man 3, Catwoman y Daredevil? Pues por ahí va). Por último el villano interpretado por Riz Ahmed es una caricatura, una grosería sin estructura, grotesca, berrinchuda e inofensiva que engloba en su sobrado tiempo en pantalla todas las debilidades generales del film… un caprichito humorístico.
¿Hay algo que valga la pena en Venom? Ni siquiera su acción, con 3 secuencias inofensivas y repletas de efectos especiales que confunden por el exceso visual en lugar de emocionar al espectador. En lugar de prestar atención a un rubro que supone ser el gancho, Flesicher no solo decide poner la comedia de relieve, sino una historia de romance que raya en la miseria.
Si algo podríamos salvar de esta mierda es su banda sonora, totalmente inadecuada al planteamiento y atmosfera del film y en donde al parecer le dijeron al compositor Ludwing Goransson que esto iba a ser una película de mucha acción, gore y terror, pues aunque disfrute usted de estas partituras, notará de inmediato la falta de coherencia con lo planteado visualmente.
Una de las peores películas del superhéroes de los últimos (y todos) los tiempos, Venom cae más en la línea de cintas como Fantastic Four, Daredevil, X-Men Las Stand y otros aberrantes ejemplos. Cambiando el humor por la acción, la violencia que supone este personaje por el romance y el anti heroísmo por la fraternidad, ternura y bondad, Venom viene a poner el último clavo en el ataúd de Sony, productora que obviamente no sabe ya que hacer con su marca perdida “Spider-Man”.
2 Comments
Bueno así no iré ilusionado… Una duda estimado ¿en lo que se refiere a comedia, hicieron lo mismo que en la nueva de Depredador? (daba pena ajena).
Saludos.
Estimado, hasta ahorita voy viendo comentarios, una disculpa, y si, creo que hasta se pasaron un poquito mas
Nos cuenta si la vio