Weird – The Al Yankovic Story: La Mejor Comedia del 2022
Estrenada el pasado cuatro de noviembre en plataformas estadounidenses, el principal valor de esta hilarante -auto meta parodia- no es ser la mejor comedia del 2022, sino que, tras su visionado, es el poder que tiene de rebajar y mostrar la debilidades de todas las “biopics musicales” habidas y por haber. Por ejemplo, si tu viste “Elvis” este año y te gustó, pero después ves “Weird”, te aseguro que encontrarás muchos cuestionamientos no solo a tu “gusto”, sino a la manera tan fortuitamente narrativa en la que se construyen las muchas otras películas sobre artistas musicales.
Al Yankovic, afamado comediante, músico y compositor, logra trasladar su estilo paródico musical al cine a través de la extrapolación de su propia “historia”, que en realidad es una ficción, pero que también es una auto sátira, pero que también es una crítica al cliché argumental de todas su similares, y que también es una burla a la industria del entretenimiento, y que también, por supuesto, es una obra auto referencial de todos aquellos artistas que a él mismo lo hicieron famoso, al cambiarles las letras de sus canciones por cosas de “comida”. ¿Suena complicado? No, pero como su nombre lo indica, es rara, ácida e hilarante.
La historia va de Al Yankovic, un niño – adolescente que, tras la visita de un vendedor ambulante con un acordeón, encuentra que en ese instrumento está su verdadera vocación. Obviamente cuenta con la desaprobación de sus padres, así que de manera fortuita auto aprende y de manera mágica aparece una banda, una inspiración, un productor, una gira, un éxito inesperado, un enamoramiento, una caída, un regreso, una decepción amorosa, una tragedia, una redención, un perdón familiar y por supuesto el nacimiento de una leyenda.
¿Les sonó familiar? Prácticamente el mismo Al (como guionista) y el director, Eric Apple, exhiben a todas las demás biopics musicales, exagerando todas sus mágicas situaciones, clichés, deus ex machina y demás arquetipos de personajes, para construir una parodia que dentro de su absurdez parece más honesta (o al menos más dementemente real dentro del mismo relato de siempre). Sobre este lienzo, este par crea secuencias que desbordan un humor magistral, con personajes y cameos que van y vienen, pero que ayudan a nutrir a la excéntrica personalidad de su “alter ego”, el “Raro Al”.
Nada se toma en serio, y a la vez la sátira va directo al grano. Yankovic se sirve básicamente de invertir los papeles de su éxito para acomplejar de manera “dramática” a su personaje. Ejemplo de ello es su hilo principal, donde el artista, después de varios tropiezos al solo cambiar letras, alcanza el estrellato tras una composición original llamada “Eat It”, y que a su vez será parodiada por Michael Jackson con “Beat It”. Este robo creativo hará que Al se deshumanice mientras se da la llegada a su vida y a su corazón de Madonna, que engatusa al protagonista para que este le escriba varias canciones y así poder alcanzar la fama que ella requiere.
Por su parte, la actuación de Daniel Radcliffe como “Weird Al” es formidable, reafirmando que ha dejado ya atrás su estampa de Harry Potter para posicionarse como una extensión del propio Yankovic en el cine, como ese individuo que siempre hace papeles “raritos” pero gratificantes (la escena donde grita que “él es el raro” deja muy en claro esta referencia). La cinta está repleta de cameos y de uno que otro rostro reconocido dentro de la comedia de los últimos 20 años, resalta la presencia del propio “Weird Al” como productor de “Weird Al”, escalando esta especie de meta parodia que se adecua de manera perfecta a su obra cómica.
Si bien la cinta cae en su ritmo cómico hacía el tercer acto (metiendo con calzador a cierto “señor del crimen”), guionista y director rectifican hacía su cierre con un final que deja en claro la frescura de su libreto. Sin duda una de las sorpresas del 2022.
Definitivamente la mejor comedia del año, lo mejor de “Weird Al” es que es tan incorrecta que no parece de esta década, con un humor desbordado pero inteligente, y que dentro de sus hilarantes estupideces tiene tiempo para hacer una sátira muy “realista” sobre la sociedad estadounidense, su consumo musical y sobre todo, las biopics musicales.