La Historia de Viruta y Capulina

Capulina también fue presa de la “maldición del color” que no dejó escapar a ninguna entidad dentro del cine mexicano. Dicha maldición, hizo que Capulina pasase de ser un comediante bueno, con un humor infantil muy ligero y gracioso, a una patética copia al carbón de sus años grandes de blanco y negro.

Gaspar Henaine (Capulina) comenzó en el mundo artístico como actor y músico, base que le sirvió para que en su futuro próximo como comediante, pudiera explotar la veta de cómico-músico que en esas fechas del cine mexicano, anterior a la década de los sesentas, era indispensable.

En sus días de músico por la ya extinta XEW conoció a lo que sería el mejor patiño del cine mexicano: Marco Antonio Campos Contreras, mejor conocido como Viruta. Y es aquí, donde Capulina forja una leyenda a lado de su compadre, siendo una de las parejas más famosas en el sentido popular. Capulina es una leyenda debido a que hace mancuerna con un excelente actor del timing y quien ha sido relegado al papel de sidekick y que sin embrago, esto hace que Capulina (y aquí hay que dejarlo muy en claro, no es uno de los mejores comediantes que ha dado México) sea gracioso debido a su inoportunos desplantes del papel del idiota que cae bien.

La pareja en pantalla recrea la famosa pareja dispareja, en el sentido actoral, físico, del performance y de la capacidad emotiva. Logran que su humor (supuestamente enfocada al público infantil) trascienda y arranque una sonrisa a pesar de que las películas no tengan ni la fuerza de un guion cimentado, ni el apoyo de actores de reparto que hagan que una película sea una pieza entera, independientemente de los gags cómicos que si logran su objetivo que es entretener.

Cuenta la leyenda, que Viruta nunca le perdonó a Capulina su necesidad de dejar de ser la pareja por buscar su independencia fílmica y televisiva. Capulina creía que su fama se debía a su capacidad de sacar clichés lingüísticos o faciales y nunca se puso a pensar que su “comicidad” provenía del equilibro entre dos talentos quien al combinarse lograban ser excelentes en su papel de dos. De viruta no volvimos a verlo (su programa televiso nunca tuvo éxito) y para él fue una maldición y al mismo tempo una bendición. A capulina, lamentablemente, si lo volvimos a ver infinidad de veces. Lleno de clichés baratos y con una moralina propia del reflejo de los gobiernos en turno, Capulina lentamente y sin gracia, se iba extinguiendo de ser un comediante arriba del promedio, a ser uno más del montón. Y ni hablar de sus intentos de hacer comedia en los 90 en la televisión, con una especie de comedia de ciencia ficción barata, al lado de Tinieblas y Alushe: el duende Maya (plop). 

Sin embargo, dejando al lado la amarga adultez, Capulina es para todos los adultos contemporáneos un referente en nuestra infancia. Siempre nos reiremos con sus participaciones tontas, sus vampiros de juguete, su humor de pastelazo, su sombrero roto, sus caras graciosas, sus monólogos que hacían enojar a Viruta y demás características que hacen que Capulina sea recordado

P.D. ¿Alguien se acuerda del comic Aventuras de Capulinita? estaba muy gracioso.

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7 Comments

  • ahhh el “capulinita” que era del del tamaño de una carta de baraja y que al reverso traia una aventura de “Zod y los invencibles” que tiempos aquellos Don Susanito (n__n)

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  • Difiero bastante de algunos comentarios de Alex ”Agua” .
    Porque mas bien debería centrar sus opiniones en todo lo bueno que nos dejó y no en resaltar sus fallas, acaso se le olvida que era un Ser Humano, como cualquier otro.
    Simplemente con respecto al buen Capulina dire:
    ” México no sería el mismo sin su calida presencia ” Q.E.P.D. : (

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  • Grande Gaspar Henaine Capulina sera por siempre recordado por su humorismo Blanco tuvo fallas como cada ser humano,

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  • Difiero mucho pero por mucho ALEX Agua con tus comentarios pero en fin siempre existirá polémica en los grandes personajes que tuvimos la oportunidad de gozar con su humorismo

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  • Yo creo que Capulina se divide en tres eras, la primera donde era indispensable su pareja con Viruta, quien siempre fue el sidekick y el hombre que intentaba ser el tipo razonable, el punchbag de los chistes y quien siempre trataba de poner en razon a Capulina, ingenuo, infantil pero sobretodo impulsivo. La salida de Viruta pego mucho en ese estilo de comedia que imprimio Chespirito en el rey del Humorismo Blanco, pues si algo le falto a Capulina en sus siguientes eras (la era de las cintas a color con El Santo y despues su era decadente en los ochenta) fue ese patino que tratara de ponerlo en razon, ni El Santo, ni Tinieblas, ni ninguna otra persona pudieron evitar que, a falta de alguien firme, Capulina, solo, se veia como una comedia muy tonta e inaguantable (mi papa no pudo con el primer episodio de su comedia con Tinieblas, en serio), pero disfrutable para los ninos… PASTEL DE CHOCOLATE!!!

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