Las 15 Mejores Películas de Mel Gibson

Nadie puede negar que Mel Gibson es uno de los personajes más polémicos y curiosos de la historia del cine. Fue llamado “Mel Columcille” en honor a dos santos irlandeses, siendo bautizado en la religión católica que su misma familia profesaba de manera fehaciente. Tras las protestas de su padre a la Guerra de Vietnam y una demanda que el mismo Mel incurrió hacía la empresa de ferrocarriles por una lesión de trabajo, su familia se mudaría a Australia, territorio en donde encontraría el camino hacia la gloria.

Muy joven comenzaría su carrera como actor dentro de la televisión australiana, pero rápidamente escalaría al cine cuando George Miller lo seleccionara para interpretar al Guerrero de la Carretera, Max, haciéndose rápidamente de su primer antihéroe y de uno de los iconos de la ciencia ficción y de la cultura pop. A partir de ese momento, Mel Gibson se afianzaría de la mano tanto de Miller como de Peter Weir, cineastas que lo catapultarían hacía los registros dramáticos y de acción que para el futuro lo consolidaría como uno de los histriones más versátiles de la industria, trabajando en thrillers, comedias, dramas y aventuras por igual.

Nueve hijos, tres esposas diferentes, labores filantrópicas y humanitarias, abuso del alcohol, el primer hombre más sexy según la revista People, demandas por violencia marital, declaraciones poco afortunadas hacía con la comunidad LGBT, el aborto, la eutanasia y hasta declarar que fue guiado por “El Espíritu Santo” para dirigir la polémica “La Pasión”, desafortunadamente en los últimos años su vida personal se ha vuelto para la media y las generaciones mucho más importantes que su carrera fílmica, una en donde tanto como actor y director se ha destacado en su momento como una figura de gran relevancia e influencia, trabajando en varios géneros, construyendo varios personajes legendarios del cine y teniendo como cineasta varias aptitudes técnicas que incluso en los 90 revolucionaron la aventura épica – romántica.

Venido a la baja desde la pasada década con algunas participaciones dentro de películas serie b y con solo un crédito como director en los últimos 18 años, Gibson ha filmado a la fecha más de 70 producciones como actor y 5 como director. Ganador de más de 40 premios, de entre los que destacan 2 Oscar y un Globo de Oro, celebremos los 68 años del loquillo Mel con sus 15 Mejores Películas.

 

Bonus – Blood Father (Jean-François Richet, 2016)

Un buen ejercicio “serie b” que retrata efectivamente el drama que se vive actualmente por la violencia del crimen organizado y del como dicha violencia y las adicciones destruyen vidas y familias como una plaga. Todo aderezado con acción correcta y diálogos efectivos surtidos con exceso ce violencia y venganza por Mel Gibson. Desde luego, hay material para hacer rabiar a los Social Justice Warriors, pero a la luz de eventos recientes (y no tanto), los “narcos” no son precisamente merecedores de “justicia social”. Además, es un deleite ver como Mel Gibson le parte la cara al charolastra maloso de Diego Luna

 

15 – Dragged Across Concrete (S. Craig Zahler, 2018)

El cine de Zahler no es para todos, es una combinación de elementos de acción, suspenso, serie b, western, thriller y gore que crean una marca indeleble tanto en lo visual como en lo narrativo, comenzando con una estructura meticulosa y tono lento que progresivamente acelera para llegar a un clímax repleto de giros, violencia, sangre y literales tripas expuestas. Dragged Across Concrete fue una propuesta interesante que revitaliza el “buddy movie” policial de la mano de una visión muy violenta y sin concesiones, combinada con una buena dosis de tensión y un par de diálogos de humor negro ¿Lo mejor? que también incluye a un demencial y “badass” Mel Gibson

 

14 – Apocalypto (Gibson, 2006)

Una cinta de aventura y supervivencia muy atropellada que revela los mejores factores de Gibson como director técnico, pero quizá también sus peores al nivel de guion y estructura. No solo hace una pobrísima investigación histórica entre mayas, aztecas y cuanta civilización prehispánica se le haya cruzado, sino que dentro de esta ficción exhibe una planicie estructural que choca con la profundidad contextual que se propone en un principio, desperdiciando el folclor y sustituyéndola por escenas de acción y tensión muy bien logradas, y de ahí su mérito. Quizá una de las cintas más sobrevalorados del nuevo milenio, pero eso no quita sus valores técnicos a nivel de fotografía, dirección y ambientación

 

13 – Payback (Brian Helgeland, 1999)

Una cinta muy querida e incluso icónica dentro de los thrillers de acción noventeros (que reinaron y aparecían hasta por deja de la alcantarilla en dicha década), sin embargo, también muy básica y que carece de esos toques tan surreales, atemporales y distintivos que erigieron a su versión original como uno de los mejores neo noir de la historia (Point Blank de 1967). Helgeland en su debut directivo opta por hacer una readaptación muy sencilla y dejar todo en la mano del verdadero experto de estas historias: Mel Gibson, que con su mera presencia y carisma hacen que la cinta funcione a pesar de sus muchos momentos increíbles y tangentes varias. Repito, muy querida y entretenida, pero hasta ahí

 

12 – Get the Gringo (Adrian Grunberg, 2012)

Es como ver una película de Robert Rodríguez, pero mejor, con violencia grafica al por mayor (dedos cercenados y trasplantes de hígado incluidos) y un regreso morboso de Mel a los papeles de acción que lo vieron nacer como un vengador sin escrúpulos. Un sorpresivo ejercicio serie b situado en la frontera mexicana impregnado de un ritmo hábil y divertido, Get the Gringo supera el absurdo con la experiencia del también guionista (y quizá hasta director), con un libreto soportado en una narración adecuada y diálogos convincentes que no abusan del comedy relief y ponen en relieve un contexto dramático y de acción creíble que hace funcionar a la cinta.

 

11 – Hacksaw Ridge (Gibson, 2016)

Con toques de Forrest Gump en su narración y Saving Private Ryan en su estética, parece que no había nadie más adecuado que Mel para dirigir este milagro bélico, tan entretenido e hipnotizador como manipulador y propagandístico, con una estética sublime que denota su maestría directiva, pero con una pobre ejecución narrativa que de nuevo denota que fuera de Braveheart, Mel prefiere la espectacularidad sobre la lógica. Para unos, una buena dosis del más puro Gibson, para otros una de las mejores y más truqueadas películas de su año con mensaje de superioridad gringa, y finalmente para otros tantos es como leer la Biblia mientras se ve una película gore.

 

10 – What Women Want (Nancy Meyers, 2000)

Mel también sabe hacer comedia, y una muy natural cuando se lo propone. Desde sus inicios hollywoodenses ya había dado muestras de ello al dotar a su detective de “Arma Mortal” de algunas escenas humorísticas, sin embargo, no fue hasta inicios del nuevo milenio cuando necesitado de resurgir en otro estilo histriónico, recurrió a protagonizar un muy divertido relato de lucha de sexos dentro de una agencia publicitaria; un esbozo del machismo y la misoginia que imperaría como tendencia fílmica unos años después, pero que aquí luce y se desarrolla de manera más natural, incorrecta y por ende divertida, gracias también a la química entre Gibson y Hunt. Por cierto, esta película es imperativa para todo estudiante de mercadotecnia y/o publicidad

 

9 – The Bounty (Roger Donaldson, 1984)

Remake del remake de la cinta de 1935, Mutiny on the Bounty, que cuenta con la actuación de un muy joven Mel Gibson en lo que apenas sería su entrada al mundo Hollywoodense tras el apadrinamiento de Peter Weir. Aunque de muy buenas intensiones y a pesar de contar con un reparto encabezado por Anthony Hopkins, la cinta si palidece ante sus antecesoras, prácticamente sacrificando lo épico por un intento de mayor estructuración dramática a sus personajes. Gibson luce de una forma correcta, dando a notar esos destellos de talento que lo haría convertirse en un recurrente de la industria durante los años posteriores. Por supuesto resalta su diseño de producción

 

8 – The Patriot (Roland Emmerich, 2000)

Es hora de rescatar a The Patriot, una cinta bélica que además de contar con un excelente diseño de producción y valía histórica, es un relato de paternalismo emocionante y cautivador. Frente a todos sus clichés, sentimentalismos y promocionales patrioteros, Mel Gibson (si, él la tuvo que dirigir) equilibra el relato bélico con una venganza paternal, elemento que se convierte en el motif de su protagonista y por ende de la misma trama. Destacar también la construcción del personaje, un factor muy infravalorado y que se vio crucificado por la marca del prestanombres: Roland Emmerich. Mención aparte para la recreación bélica de las guerras, que lucen tan espectaculares como posiblemente exactas, independiente a su cursilería.

 

7 – Signs (M. Night Shyamalan, 2002)

La que sin duda fuera (y quizá será) la segunda mejor cinta de Shyamalan, una obra que a pesar de su horrendo final y un mensaje moralino – religioso casi insoportable, es capaz de mantener casi en la totalidad de su metraje una tensión creciente y asfixiante, aderezada también con una tríada de momento escalofriantes, y por supuesto, una manifestación natural de comicidad familiar gracias a la correcta estructura e interacción entre sus personajes. Si se reescribiera el final (en un hipotético “corte del director), nos quedaría una excelente pieza de horror psicológico cimentada en excelentes actuaciones, las cuales proveen de credibilidad al relato, simbolizando la redención expuesta por su director. Gibson está excelente como el resquebrajado patriarca

 

6 –  Maverick (Donner, 1994)

Mel Gibson en MaverickSon muy escasas las aproximaciones al western donde “la pistola” no sea el arma protagonista en cuestión. Sirviéndose del carisma y de su probada química con Lethal Weapon, Donner y Gibson toman las cartas para crear un western – comedia que funciona tanto a manera de homenaje como de parodia, y que bien pudiera situarse como un hábil remake de la serie homónima y/o como en una divertidísima innovación al género con todo y su estructura a manera de sketches. El naipe como arma, además de ser hilarante incluso hasta en la bobería incomoda de Foster y su fallida tangente como cinta de estafas, Donner y el indudable carisma de Gibson ponen de relieve al póker como el verdadero protagonista.

 

5 – Lethal Weapon (Donner, 1987)

De todas esas películas donde dos policías con amplias diferencias hacen mancuerna para atrapar a un malévolo traficante, es esta la más divertida y mejor dirigida, con dos actores en pleno apogeo que también coinciden con la época donde el subgénero de acción tomó sus primeros bríos comerciales. La pareja disfuncional es sencillamente legendaria, con un Gibson que detonará toda secuencia de acción por venir y en perfecta armonía y química con Glover. Un relato entretenido que ve sus fortalezas en la comicidad negra abordada por el estado suicida y demencial del propio personaje de Mel, se confirma que la acción debe coexistir en una base argumental coherente y bien dirigida a pesar de lo lineal que puedan resultar sus tramas.

 

4 – Gallipolli (Weir, 1981)

No solo uno de los mejores ejercicios bélicos alrededor de la Primera Guerra Mundial, sino también uno de los más conmovedores, bellos y trágicos relatos de amistad en el cine. Weir se sirve de este homenaje hacía los australianos que combatieron en aquel conflicto bélico, para que en un poco más de tres cuartos de su metraje, construir una camaradería fuerte y palpable entre aquellos jóvenes “idealistas” ¿acto seguido? La batalla de Gallipoli será retratada en 20 minutos que son sinónimo de tensión y suspenso  (y de donde Sam Mendes se agarró para su sobrevalorada “1917”). Cabe destacar la química entre el desaparecido Mark Lee y un muy joven Gibson, que tendrá cierto efecto “fetiche” en aquella temprana etapa del director.

 

3 – The Year of Living Dangerously (Weir, 1982)

Mel Gibson en The Year of Living DangerouslyRecordando el tono de los romances clásicos de Hollywood a la usanza de “Casablanca”, de nuevo Weir – Gibson erigen un impresionante drama pasional que comparte la misma relevancia narrativa con el conflicto social, político y bélico vivido en la Indonesia de los 60. Por una parte enamora, pero como es la costumbre de esta asociación, también tensa los hilos de su romance con su entorno. Los contrastes son hermosos, pues mientras Gibson y Weaver son embelesados con destellos de luz y una fotografía “radiante”, los pasajes “periodísticos” y bélicos se tornan oscuros y con un ambiente lúgubre, nocturno y claustrofóbico. Sin duda un parteaguas en la carrera de Mel, aquí se comenzaría a ver su crecimiento y madure dramática.

 

2 – Mad Max Saga (Miller, 1979, 1981, 1985)

Gibson interpretó a Max en tres ocasiones, la primera de ellas en un registro más dramático y con tintes de venganza romántica en lo que al principio parecía no fraguarse como una trilogía. Sería hasta el segundo episodio donde alcanzaría su clímax gracias a la inclusión del entorno apocalíptico de Miller y a la definición de su arquetipo de antihéroe, silencioso y con una mayor presencia física (muy similar a los westerns del espagueti de Leone), detonando el mejor capítulo de la saga protagonizado por él. Para el tercer episodio Gibson se volvería a repetir con respecto a su guerrero errante, sin embargo el guion de Miller no ayudaría mucho a cerrar con decencia la trilogía. Sin duda Gibson le debe su carrera a este ícono de la SF

 

1 – Braveheart (Gibson, 1994)

Director y actor en su esplendor se conjugan en una de las épicas más infravaloradas del cine, una aventura que a pesar de tomarse variadas libertades históricas, alcanza picos de excelencia dramática, romántica, actoral, visual y hasta auditiva en mucha parte gracias al obsesivo y técnicamente brillante trabajo de Gibson como narrador supremo de la historia sobre el libertador de Escocia. Si bien el relato usa el viejo truco del sacrifico emocional, es el bien estructurado héroe y su historia de amor y venganza el que brindan la base “sentimental” necesario para que el espectador comparta la travesía y hasta el dolor de su último grito. La batalla de Sterling sigue siendo uno de los hits directivos más grandes de los 90 y de las batallas en el cine, y es que como bien dicen en un capítulo de South Park: “Quizá Mel Gibson esté loco, pero no cabe duda que el cabrón sabe dirigir”.

Etiquetas:  

Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*