Momentos Favoritos del Cine: La literal balada de Buster Scruggs

El otro día llegué a la conclusión de que en muchas ocasiones las historias, ya sea en películas o series, que hablan de planos posteriores a la muerte desviándose de una narrativa convencional religiosa y que están más enfocadas en describir una espiritualidad estrechamente conectada a la misma naturaleza humana, suelen ser frecuentemente rechazadas. Quizá nos de miedo pensar que la transición de este plano al siguiente no será automática ni sencilla. O simplemente no nos gusta pensar en que algún día todos habremos de morir, lo cual es muy entendible. ¿Por qué chingados estoy hablando de esto en un post de cine? ¿Ando deprimido o suicida? Ni una ni otra. Todo es culpa de la Academia por haber nominado a Mejor Canción Original una melodía cuyo tema principal es esta transición de la almas: “When a Cowboy Trades his Spurs for Wings” del film “The Ballad of Buster Scruggs” de los veteranos Hermanos Coen. Desde que la escuché, ha sido parte de mi playlist diario…en serio, ya está bien gastado el archivo mp3 de tanto que la pongo. La interesante secuencia en que Tim Blake Nelson y el cantante country Willie Watson se echan a dueto esta joya, se convirtió automáticamente en uno de mis momentos cinematográficos favoritos del año y, después de su sorpresiva nominación, tenía que fangirlear al respecto.

Por allá del 2000, los Coen lanzaron uno de mis largometrajes favoritos (y con cuyo review me estrené Cinescopia), “¿Dónde estás hermano?” (O Brother, Where Art Thou?) que no sólo brilló por su gran guión y cinematografía, sino por el delicioso soundtrack repleto de canciones country, folk y gospel. Casi veinte años después, los hermanos deciden unirse nuevamente con Gillian Welch, quien compuso y cantó algunas de las canciones de dicha película, para volver a dotar a las melodías con un carácter primordial en la narración, durante la primer historia de las seis diferentes que componen “The Ballad of Buster Scruggs” y que da el nombre al film. En este inicial cortometraje, que más bien viene siendo un prólogo, seremos compañeros del buscado y temido vaquero Buster Scruggs (Tim Blake Nelson) alias “El pájaro cantor de San Saba” que es tan rápido desenfundando su arma para un duelo como lo es para ponerse a cantar en cualquier momento, ya sea cabalgando a solas en el desierto o después de haber asesinado a un rival. Vestido impecablemente de blanco, Buster es algo así como un Bugs Bunny o un Deadpool del viejo Oeste. Rompe la cuarta pared cada que puede y logra salir de peligrosas situaciones de maneras tanto surreales como divertidas. Su suerte se termina el día que conoce a “The Kid” (Willie Watson) y es enviado al más allá en un breve duelo contra él. Tras haber asestado el tiro de gracia en la frente del vaquero blanco, The Kid comienza a cantar y es acompañado por el espíritu angelical de Scruggs mientras asciende al paraíso.

Con una letra muy emotiva, “When a Cowboy Trades his Spurs for Wings” trata no sólo acerca de la muerte y de dejar atrás el plano físico para pasar a otro estado. Habla acerca de la naturaleza humana y de la arrogancia que suele estar presente en algunos individuos. Entre más alto el ego de alguien lo haya subido, más dura será la caída. A pesar del carisma y buena ondez que manejaba el buen Buster, era un vaquero sumamente arrogante que se creía eterno y la buena fortuna tiende a desaparecer tan de golpe como cuando llegó. “Debí haberlo visto. No podía ser el mejor por siempre” reflexiona después de morir. Siempre habrá alguien que pueda hacer las cosas mejor que uno (casi siempre son los niños asiáticos, por ejemplo) y hay que tener la suficiente humildad para aceptarlo. Quizá este último reconocimiento de modestia fue lo que concedió a Scruggs las alas para entrar al paraíso, cual Fausto.

Los Coen juegan sutilmente con simbologías en esta historia. Tenemos al vaquero blanco contra el vaquero negro, el equilibrio entre luz y oscuridad. Sólo que en este caso están al revés. El asesino Buster es luz ya que él cree serlo (¿cuántas veces no nos han jodido personas que decían ser buenas?). Odiaba ser apodado “El Misántropo” porque decía amar al ser humano, sólo que despreciaba sus defectos. La oscuridad, representada por The Kid, no es maligna sino un más bien una energía que trae consigo balance. Buster supo el destino que le aguardaba gracias a una mano de poker que rechazó jugar durante una partida en la escena de la cantina. Compuesta por un par de ases y un par de ochos negros, dicha combinación es llamada “la Mano del Muerto”. Su suerte ya estaba echada y no podía huir de ella.

Honestamente, me sorprendería que la Academia le de el Oscar a Gillian Welch y a David Rawlings por esta gran y emotiva canción. Lady Gaga será la segura ganadora esa noche por la planísima y genérica “Shallow”, estoy seguro de ello porque parece que ahora lo más importante para ganar dichos premios es la popularidad (vean a Frozen) así que ni modo. Al menos en mi corazón, Buster Scruggs se llevó el premio este año, pero escúchenla y ustedes decidan:

Una breve nota final:

El filme/antología “The Ballad of Buster Scruggs” consta de otros cinco relatos que, salvo uno, valen la pena ver:

“Near Algodones” con James Franco y Stephen Root, trata acerca de lo inevitable de la vida una vez que el destino está sellado.

“Meal Ticket” es una historia que refleja la situación actual del mundo del espectáculo, donde la vacía popularidad importa más que la profundidad. Con Liam Neeson y Harry Melling, el otrora nefasto primo de Harry Potter. Probablemente el más fuerte de todos. Simplemente brutal.

“All Gold Canyon” es protagonizada casi en su totalidad por Tom Waits, como un perseverante minero en busca de oro. Este corto es una reflexión de la perseverancia y de cómo siempre habrá alguien listo a robarse el trabajo del otro.

“The Gal who got Rattled” es la más larga de estas historias y no va a ningún lado. Podía bien haber durado cinco minutos y el resultado hubiese sido el mismo. Zoe Kazan es una chica en una caravana rumbo a Oregon, que en el camino pierde a su hermano pero despierta el interés amoroso del guía del grupo, interpretado por Bill Heck. Si puede, brínquesela.

“The Mortal Remains” es probablemente la más filosófica de las historias. En todas vimos a algún personaje morir pero, cerrando lo que Buster Scruggs inició, aquí somos testigos del viaje de dichas almas una vez fallecidos. Parece un cuento de Allan Poe y hasta hay alguien parecido al autor. Con Tyne Daly, Chelcie Ross, Saul Rubenik, Jojo O’Neill y Brendan Gleeson.

Etiquetas:  

Acerca del autor

El Markovich   @ChocolateBono  

Observador de la escena humana dentro y fuera de la pantalla. El cine y el chisme son de mis cosas favoritas, así que heme aquí. Yo sólo doy mi opinión, al final tú decides.


1 Comment

  • Vi la cinta y si sentí que Mortal Remains tenía muchas conexiones con las otras cintas y de alguna manera rescata la cinta de los errores del segmento anterior…

    Reply

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*