Las 50 Mejores Películas de Terror

Desde los comienzos del séptimo arte (y ni hablar de la humanidad) el miedo es una presencia constante, que tanto nos cohíbe como nos protege, esa relación tan primitiva y cercana hace que deseemos fervientemente cada año sentirnos horrorizados pero seguros, y que mejor para lograr esa simbiosis que una película de terror.

De esta necesidad se han aprovechado guionistas, directores y productores para crear una cantidad inimaginable de bodrios que de verdad el espectador no se merece ¿o sí? por tanto, encontrar calidad en el género es casi una tarea titánica, tarea que empleó a nuestros autores para poder determinar el Ultimate Top de terror.  Así es, tan difícil encontrar grandes películas del género como ponernos de acuerdo

 

Bonus – Picnic at Hanging Rock (Peter Weir, 1975)

POR EL FETT

La película que comenzó todo su sello autoral, aquella noticia de las jóvenes desaparecidas fue llevada al límite por Weir en un vehículo de suspenso con tintes surreales que mostraría la capacidad del narrador por crear atmosferas de prominente tensión en espacios naturales, abiertos o grandilocuentes, como su posterior evolución lo dictaminará. Así mismo Weir juega con el elemento sobrenatural, dejando que su cinta coqueteé con el género de terror sin la necesidad de sustos, criaturas o sangre, sino simplemente a través de un tétrico escenario de misterio y de impotencia por parte tanto de las víctimas como de sus buscadores, creando y estructurando ese nexo fraternal que también irá evolucionando conforme avance su carrera.

 

Bonus – The Invisible Man (James Whale, 1933)

POR FLACO CACHUBI

Whale es uno de los directores que más me agradan debido a su forma de filmar. El británico sabía que el cine es arte pero también entretenimiento, lo que pareciera que gran parte de los directores actuales han olvidado. A “El hombre invisible” le bastan setenta minutos para ofrecernos un relato tenaz de principio a fin, manteniendo una dosis equilibrada de suspenso, acción, romance e incluso comedia. Whale sustituyó a Karloff con Raines, una acertada elección pues como lo dijera él mismo, se necesitaba una voz, no una cara y Raines en ese sentido tenía un acento británico muy teatral. Una película imprescindible para los amantes de la ciencia ficción, el horror, los efectos especiales y las historias de corta duración pero larga vida.

 

Bonus – The Sixth Sense (M. Night Shyamalan, 1999)

POR EL FETT

Film que a la fecha ha sufrido el paso del tiempo colocándolo como un producto de cierta sobrevaloración (quizá por el denigrante declive narrativo de su director), sin embargo hay que aceptar que estamos ante uno de los ejercicios de terror dramáticamente mejor logrados y provistos de un suspenso elogiable, que incluso en ciertos momentos no sigue la típica fórmula del género para poder asustarnos de forma más auténtica. Si bien Haley Joel Osment se come toda la película (en serio ¿qué carajos le pasó a ese escuincle?), Willis es el que lleva el hilo conductor del film con mucha dignidad hasta llevarnos a ese devastador giro de tuerca que en su momento nadie vio venir. La sobrevaloración sería víctima después de toda la filmografía del director.

Bonus – The Howling (Joe Dante, 1981)

POR EL FETT

Una revitalización elegante sobre el mito del “hombre lobo”, el principal valor de Dante es que a partir de un mcguffin dentro del tono “slasher”, la propia evolución de la historia se va “transformando” en una espeluznante e intimista metamorfosis no solo física, sino psicológica, cuando el director dote a sus protagonistas de un trasfondo literariamente terapéutico y ciertamente humano antes de pasar a su decadencia animal, siendo la recreación y aparición de esta criatura tan tétrica como también lo es trágica. Sin dejar de lado el tono juguetón que lo llevó a ser uno de los cineastas más simbólicos de los ochenta, The Howling funciona también como una crítica a la media y a la propia audiencia gringa, en un final particularmente satírico y triste.

60. Hereditary (Ari Aster, 2018)

POR TEDDYE ZAPATA

La cinta aún joven, pero sus virtudes (al menos dentro de un género tan maltratado por la industria al punto en que ya muy pocos le seguimos teniendo fe ciega) son varias; Hereditary es un drama familiar con trazas de paganismo en el que Aster disecciona el árbol genealógico de los Graham y la herencia transgeneracional de traumas y duelos no resueltos dentro del inconsciente del clan familiar, todo esto acompañado de una estética oscura, pero finísima, cortesía del director de fotografía: Pawel Pogorzelski y de su diseñadora de producción: Grace Yun y de un soundtrack tenue pero escalofriante a cargo del saxofonista Colin Stetson, logrando así el balance perfecto entre fondo y forma que le hacen valerse de un lugar dentro de este top.

 

59. The Fog (John Carpenter, 1980)

POR EL FETT

Aunque venía de su gloriosa Halloween, Carpenter se mantiene a nivel logrando un verdadero estatuto narrativo sobre el manejo del entorno y la oscuridad, proyectando una visión siniestra sobre la venganza y coqueteando por primera vez con los aspectos surreales y “lovecraftianos” con los que consecuentemente trabajaría a lo largo de su filmografía. Influenciado por las cintas de monstruos y siguiendo sus referencias hacía con Hitchcock, Carpenter mantiene una tétrica coherencia al hacer de su niebla el protagonista siniestro y amenazante dentro de estos oscuros repletos de simbologías, resquebrajando creencias y denotando que no se necesita sangre para aterrar a la audiencia. Como dato curioso, madre e hija actuaron juntas (Leigh y Curtis)

 

58. Pet Sematary (Lambert, 1989)

POR EL FETT

En la década de los 80, King vio como sus relatos fueron puestos a prueba desde la trinchera más prolífica y peor construida de la industria: el serie b. Así pues dentro de sus muchos otros cuentos como Cujo, Christine, Creepshow, The Running Man y Maximum Overdrive (esta tal vez la peor de todas y que coincidentemente está dirigida por él mismo), destacó hacía finales de la década esta pieza de horror y alegoría zombie, la cual a través de algunos escenarios tétricos y elementos perfectamente bien aprovechados por su director, parece ser la única superviviente al paso del tiempo, incluso llegando a tener una horrible secuela el pasado año que carecía tanto del carisma visual y de terror como de la estructura  de su primera adaptación.

 

57. Frankenstein (James Whale, 1931)

POR EL FETT

Si bien Karloff ya llegaba a este punto con más de 80 producciones, el estrellato de Whale estaba por comenzar. Una de las más grandes películas del género de terror  y del cine en general, sorprende que la crítica y la audiencia se hayan rendido ante Karloff no por su presencia monstruosa, sino por los rasgos humanos con los que el actor logra conectar no solo con los personajes dela historia, sino con el público general, ejemplo perfecto de ellos es la escena con la niña a la orilla del lago, donde la soledad, la inocencia y la destrucción de un monstruo fueron retratadas de manera sublime por un Whale que revolucionó el método actoral, llevando a sus actores a horas de previo ensayo para lograr esa humanidad que definiría irónicamente a sus monstruos.

 

56. Dracula (Tod Browning, 1931)

Drácula no solo tiene el honor de haber sido la primera gran película de vampiros, pues con su estreno también dio inició la época dorada del cine de monstruos de Universal Pictures. La caracterización e interpretación de Bela Lugosi, un actor hasta entonces únicamente conocido en los escenarios de Broadway, sentó el prototipo del conde Drácula en las décadas subsiguientes. El aspecto fantasmagórico del histrión austro-húngaro aunado a la mirada penetrante y repleta de maldad dirigida al público, da como resultado una de las escenas más icónicas y recordadas del cine de horror. Si bien el arquetipo del conde resurgiría con innumerables y mejores representaciones, no cabe duda que quitando a Nosferatu, lo de Browning acercaría más al mosntruo hacía la humanidad

 

55. Vampyr (Carl Theodore Dreyer, 1932)

Dentro de la moribunda etapa del expresionismo, el gran Dreyer realizó una de las atemporales joyas de aquella corriente y maquinaria alemana que han quedado injustamente relegadas al olvido. Un cuento de horror atrevido y visualmente tétrico, que combinó en un mismo contexto dos diferentes tipos de terror, el del monstruo y el paranormal, con dos de las figuras más emblemáticas del género: vampiro y fantasma. La edición, la dirección y sobre todo esa fastuosa fotografía repleta de simbolismos, sombras y oscuras figuras ponen a esta exploración en el mismo nivel visual y de atmósfera que la propia Nosferatu, sin embargo en su híbrida pretensión pierde de cierta manera en el terreno narrativo al no poder integrar con el mismo interés y nivel de horror los dos temas, quizá la razón del porqué aún se mantiene en cierto anonimato

 

54. The Mist (Frank Darabont, 2007)

POR FLACO CACHUBI

Frank Darabont escribe y dirige una muy acertada adaptación de la novela homónima de Stephen King suprimiendo los hechos irrelevantes y dando solo prioridad a los eventos cruciales y aterradores. The Mist no se estanca en la zona de confort de la mayoría de monsters movies, no abusa de la aparición indiscriminada de criaturas y por el contrario, crea una atmósfera inquietante partiendo de la siguiente premisa: un grupo de personas atrapadas en una tienda de autoservicio obligadas a unirse para sobrevivir ante una amenaza desconocida. Los pocos cambios con respecto al material original incrementan el nivel de suspenso y horror, viéndose beneficiada con un desenlace notoriamente más escalofriante que el planteado en el libro por el propio King.

 

53. Dark Water (Hideo Nakata, 2002)

Ante la locura universal suscitada por The ring, la cual para mi tiene problemas de desarrollo, Hideo Nakata logró ir un paso más adelante con Dark water y con un temple mucho más maduro, logra encajar armoniosamente el drama de una madre en momentos de su divorcio con unos espeluznantes hechos sobrenaturales que la persiguen en el edificio donde habita, esa relación drama – terror funciona perfectamente y permite una tensión constante durante el metraje que  no sólo asusta sino que logra la empatía necesaria por los personajes para que el espectador esté en constante vilo. También logra encajar perfectamente un final coherente y racional que seguramente no será del agrado de muchos, pero es consistente con el planteamiento inicial.

 

52. Ringu (Hideo Nakata, 1998)

POR TEDDYE ZAPATA

El Aro es sin duda uno de los fenómenos culturales salidos del cine más grande de la década pasada. La leyenda de Sadako Yamamura se había hecho real no solo dentro del filme, sino también dentro de nuestro mundo. El mito de la cinta maldita y la célebre llamada que le acompañaba despertaban una curiosidad morbosa bastante real entre la gente, por más tonto que suene. Con un presupuesto de solo 1 millón USD, Nakata consiguió hacer una de las cintas más rentables y memorables del género, refrescando los cuentos de fantasmas y logrando poner al terror japonés en el mapa de nuevo a un nivel mucho más comercial, dando paso a otro tipo de películas del mismo estilo, tales como La Maldición (2000), Dos Hermanas (2003) y El Ojo (2002).

 

51. Child’s Play (Tom Holland, 1988)

POR EL FETT

Un caso que se ha ido devaluando conforme avanzan los años y secuelas, la razón de su inclusión en este top es simple, y es que además de que Chucky tal vez es el último asesino slasher miembro de la cultura pop, esa primera hora de metraje coronada por cierta secuencia que inmiscuye la falta de un par de pilas, puede poner aún en estos días los vellos de punta a cualquier adulto ¡ya no digamos a un niño viviendo tremendo susto en los finales de los 80! Espiritismo, erotismo, lenguaje adulto y vulgar y unos efectos sorprendentes para su presupuesto y formato “serie b”, Child’s Play es una pieza inversamente proporcional a su título y que brilla gracias a su temprana impresión de suspenso y un par de los sustos más genuinos del género.

 

50. Saint Ange (Pascal Laugier, 2004) / El Orfanato (J.A. Bayona, 2007)

Definitivamente la diferencia entre estas dos películas es la publicidad: La maldita maña de hacer remakes e intentar ganarse al público con historias “originales”; obviamente esto no es de extrañar viendo que Guillermo del Toro es el productor de El orfanato. Están dentro del top porque Saint Ange funciona: Anna es contratada para hacer la limpieza en un internado prácticamente abandonado donde su única habitante es Judith, quien no tiene para dónde ir, las dos intentan sobrellevar la inmensidad del sitio con una improbable amistad. Sin embargo, pronto se darán cuenta que no están solas y que el despoblado sitio no es circunstancial, sino por los hechos ocurridos anteriormente.

 

49. The Descent (Neil Marshall, 2005)

POR TEDDYE ZAPATA

Ejemplo perfecto de como una trama sencilla pero bien ejecutada puede convertirse en algo importante. Lo que empieza siendo un drama sobre la pérdida de una familia en un accidente de auto, se convierte en una aventura de supervivencia al momento en el que la afectada acepta ir con su grupo de amigas a una expedición espeleológica en una cueva desconocida, para después dar un último giro hacia la fantasía con la aparición de unas criaturas bautizadas como “Crawlers”, subespecie ciega pero perfectamente adaptada a su hábitat y con una excelente habilidad para cazar gracias a su sentido de audición. En 99 minutos Neil Marshall logra construir una cinta llena de claustrofobia, tensión y suspenso, acompañado de una buena dosis de gore y terror psicológico que se mantiene in crescendo hasta al final.

 

48. House of Haunted Hill (William Castle, 1959)

POR FLACO CACHUBI

El director y productor William Castle adoptó la fórmula concebida por la popular novelista Agatha Christie para ofrecernos un serie b de misterio con tintes de horror sobrenatural. Si bien no se trata de Diez negritos, parte de una idea similar: Un excéntrico millonario y su esposa invitan a cinco personas desconocidas entre sí a pasar una noche en una mansión; en caso de permanecer hasta el día siguiente serán acreedores a un cuantioso premio económico… si sobreviven. Puertas que se cierran solas, candelabros cayendo sin motivo, apariciones espectrales y otros elementos funcionan para revestir un argumento que sin ser perfecto consigue su propósito, encontrando su punto más fuerte en la siniestra figura del legendario histrión Vincent Price.

 

47. The Dead Zone (David Cronenberg, 1983)

POR FLACO CACHUBI

David Cronenberg abandona en ésta ocasión los horrores cárnicos para adentrarse en las profundidades de la mente de Johnny Smith, un joven profesor quien después de sufrir un accidente, despierta de un coma dotado de un poder extrasensorial que le permite ver el futuro. Basada en la novela homónima de Stephen King, la cinta no recurre a artificiosos efectos visuales ni tramposos golpes de efecto, es sobrecogedora porque sus imágenes acercan al espectador a una realidad casi palpable, al tiempo que lo hacen participe del sufrimiento del protagonista, un Christopher Walken que si bien es cierto difiere del personaje literario, ofrece una de sus mejores y más dramáticas actuaciones.

 

46. Friday the 13th (Sean S. Cunningham, 1980)

POR TEDDYE ZAPATA

Inspirada por el éxito de Halloween, nace una de las cintas más memorables en la historia del género que, a pesar de ser menospreciada en su momento, ha conseguido hacerse de un culto aún sobreviviente en nuestros días. Sin embargo, la idea del asesino grandulón enmascarado no era parte del concepto original, pues la asesina original es su madre, la cual buscaba venganza del campamento donde años atrás había muerto su hijo. Esto quizá suene como una obviedad para los más cercanos a la franquicia, pero Jason es un personaje tan instalado en la cultura pop y el imaginario colectivo, que para los menos familiarizados puede que les suene raro, pero Jason ni siquiera existía como villano al principio (solo como víctima). Jason como asesino hace su aparición en la segunda entrega y su icónica mascara de hockey aparece hasta en la tercera.

 

45. Scream (Wes Craven, 1996)

POR FLACO CACHUBI

Cuando todo parecía indicar que los mejores días del cine slasher habían expirado, Wes Craven reapareció en la escena fílmica con Scream, una obra de auto-referencias, experimento creativo que marcó el exitoso renacimiento del género con frescura y autenticidad, ya que no sólo evocó la nostalgia de los fanáticos ochenteros, sino también, se acercó al público más joven. Empleando el formato Whodunit (¿Quién es el asesino?) Craven con el guion de Kevin Williamson revive las convenciones reglas e incluso clichés del género, para plantear un divertido relato cargado de mala leche y lleno de guiños para beneplácito del más friki, siendo su mayor virtud la efectiva combinación de gore, parodia y horror.

 

44. The Changeling (Peter Medak, 1980)

POR FLACO CACHUBI

Esta cinta resulta más efectiva que la mayoría de las películas de casas embrujadas sin abandonar por ello los elementos tradicionales: una lúgubre mansión, un espectro que no se ve pero se siente su presencia gracias a un destacado uso de la cámara subjetiva, una sesión de espiritismo y un fantasma que no descansará hasta que se aclaren los motivos de su muerte. Entre sus mayores aciertos se encuentra sustituir a la típica familia protagonista y en su lugar, poner a un solitario hombre mayor encarnado por el soberbio George C. Scott, atormentado por una reciente tragedia. Sobresaliente título en donde la escena de la pelotita rebotando desde lo alto de la escalera produce un efecto más espeluznante que la aparición de cualquier ser de ultratumba.

 

43. Martyrs (PascaL Laugier, 2008)

Ante la avalancha de cine torture-porn tipo Saw y Hostal, que valga la crítica, son espantosas (se tenía que decir y se dijo), llegan los franceses y dan una clase magistral de como este subgénero pude hacerse sin limitarse a vísceras y sangre, sino que puede contener una historia mucho más profunda e interesante. Una secta que cree en la vida más allá de esta, secuestra y tortura a diferentes mujeres para demostrarlo; el dolor pasa a formar parte del plano que permite visualizar esa nueva existencia. Si bien la crueldad y la brutalidad están presentes, ese componente metafísico le da un renovado aire a un subgénero que prácticamente nació muerto.

 

42. Hellraiser (Clive Barker, 1987)

Nuevamente el gore se hace relevante gracias a una historia de juicio y castigo: El infierno en la tierra se desata buscando a un fugitivo de las profundidades, una misteriosa caja es el elemento que une a los dos planos y que es descuidadamente abierta por una joven. El trato al que llega con los demonios es que ella les ayudará a encontrar al prófugo para que sea castigado por toda la eternidad. En esa búsqueda y con el tiempo agotándose la joven conoce las perversiones posibles del dolor y el placer. Clive Barker logra con Hellraiser una historia supremamente original y que de hecho puede ser reconocida gracias a las religiones y creencias del mundo.

 

41. Don’t Look Now (Nicolas Roeg, 1973)

POR EL FETT

Tras haber visto muy reciente esta insólita obra maestra del horror psicológico, caí en cuenta que su director es Nicolas Roeg, recién fallecido y responsable de The Man Who Fell to Earth o The Witches. Mi motivante para dicha búsqueda fue gracias al peculiar distintivo de esta cinta, siendo una amalgama aterradora de retazos y flashbacks hábilmente montados sobre un metraje que sorprende por su violenta y real exposición de un miedo palpable, y que lleva a una pareja que acaba de perder a su hija a un viaje a Venecia donde se sentirán amenazados desde el más allá. Roeg no tiene concesiones¡te pega! No solo visualmente sino en el corazón, logrando así una soberbia combinación entre el terror, el drama y hasta el propio romance.

 

40. The Masque of the Red Death (Roger Corman, 1964)

POR EDGAR DEL VALLE

Un sádico y excéntrico príncipe de una pequeña provincia de Italia, durante el paso de una plaga conocida como la muerte roja, invita a una fiesta de máscaras a varios amigos, a los cuales somete a juegos perversos. Nos encontramos ante otra actuación elegante y magistral de este actor considerado un de los amos del género, basada en la obra de Edgar Allan Poe y sin duda la mejor adaptación del relato. Para muchos críticos, incluso esta sería la mejor y más imaginativa obra de Corman, un mago del presupuesto y que aquí catapultó sus ambiciones de la mano de un embelesado Vincent Price, sin duda su principal muso. Estamos hablando de una de las joyas de terror serie b

 

39. [REC] (Jaume Balaguero, Paco Plaza, 2007)

POR TEDDYE ZAPATA

Hablar de películas de terror Found Footage es prácticamente hablar de decepciones. Afortunadamente, existen grandes excepciones como lo es REC. Y es que los directores Paco Plaza y Jaume Balagueró –dos de los mejores directores del género en España actualmente- sacan partido de dicha técnica para mezclarla con el subgénero de zombies y hacer de REC una experiencia tan exasperante como disfrutable, que sin necesidad de una historia con una profundidad trascendental, ni de diálogos especialmente cautivadores, logra hacer de su sencillez su mayor virtud y echando mano simplemente de la creatividad de sus realizadores, consigue ser una de las cintas modernas más innovadoras en su estilo.

 

38. The Babadook (Jennifer Kent, 2014)

POR EL FETT

Una madre con severos traumas sin resolver puede convertirse en una figura muy peligrosa, más aún si le agregamos el elemento infantil imaginativo e hiperactivo y el inesperado duelo en la pérdida paternal. En uno de los ejercicios de terror más originales, oscuros y mejor narrados de los últimos años, nos encontramos ante una rica simbología metafórica íntimamente relacionada con la psicología maternal, sus obstáculos hacia la educación y un manejo de duelo que podríamos definir psicológicamente como “poco adecuado”. Kent logra una claustrofobia soberbia al  encerrarnos no solo con su ente, sino con la deshumanización de su núcleo materno, creando junto con ese pinche librito, dos de los elementos más escalofriantes de los últimos años.

 

37. Invasion of the Body Snatchers (Don Siegel, 1956)

POR EDGAR DEL VALLE

Película estadounidense de los géneros de terror y ciencia ficción con Kevin McCarthy, Dana Wynter, King Donovan y Carolyn Jones. En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos. Filmada durante el período de la llamada “guerra fría”, algunos críticos pretendieron ver en esta cinta una alegoría en contra del comunismo, sin embargo, el director lo negó rotundamente.La película ya es considerada de culto y fue incorporada al archivo National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Forma parte del AFI’s 10 Top 10 en la categoría de “Películas de ciencia ficción”.

 

36. Pearl (Ti West, 2022) 

POR EL FETT

Película que redefine el subgénero “slasher”. Una verdadera sorpresa, pues en realidad es la precuela de la nefasta “X”, y que se encarga de presentar el nacimiento de esta tétrica asesina de parte un guion brillante, y que paso a paso va descargando sutil y poderosamente el origen de este monstruo. Por su parte, West parece haber madurado tres vidas completas de una película a otra, pues no solo construye un sub contexto histórico – bélico para “Pearl”, sino que también lo hace partícipe y lo contrasta con el “sueño” de su protagonista en una paleta de colores, fotografía y un par (hasta cuatro o cinco) de secuencias que representan algunos de los mejores fragmentos visuales de este año. Pearl es un nuevo clásico del terror.

 

35. Dracula (Francis Ford Coppola, 1992)

POR EL FETT

Por estilo pero no por capacidad, resulta raro ver a Ford Coppola en un listado de terror, pero es que esta adaptación lo respalda. El “Nosferatu” funciona a nivel trágico gracias a la perfección actoral de Oldman y a un guion que separa al esbozo de aquel humano de la puesta más siniestra en torno al vampiro, en este último apartado forjando de manera catedrática secuencias de alto impacto estético, sobre todo aquella de la aparición de la criatura en su máximo esplendor, un poema audiovisual al horror que sirve como clímax e inicio de su cacería final.  Tan tétrica como romántica, Coppola une dos extremos, humano y criatura a través de una conjunción de imágenes teñidas en todo momento de rojo, color que define de principio a fin a su trágico y sangriento antihéroe.

 

34. Bride of Frankenstein (James Whale, 1935)

POR FLACO CACHUBI

Con La novia de Frankenstein, el británico James Whale no solo realizó la mejor secuela de la serie fílmica de horror de Universal, sino que además superó con creces el primer episodio, al tiempo que hizo de ésta película su obra más personal. La extraordinaria caracterización de los monstruos titulares, los inolvidables escenarios expresionistas y la partitura de Franz Waxman (siendo una de las primeras cintas sonoras de horror) llevó al fanático del género a un paroxismo pocas veces visto en los inicios del séptimo arte. Todo lo anterior coronado por el histrionismo de Boris Karloff, quien aprovechando la evolución del monstruo, no se limitó a gesticular, proporcionando al personaje una voz cuyas distintas modulaciones le aportaron mayor expresividad.

 

33. In the Mouth of Madness (John Carpenter, 1994)

La mejor película con la atmósfera Lovecraft sin estar basado en un libro de Lovecraft. Una esencia del terror es el miedo a lo desconocido, a todos nos toca de una forma u otra, en esta historia el misterio proviene de la desaparición de un escritor de terror muy famoso y sus novelas que han generado una ola de violencia y locura en sus lectores. La búsqueda del escritor es encomendada a un investigador de fraudes quien acepta la misión creyendo que es un ardid publicitario de la editorial. Muy pronto se dará cuenta que la ficción supera la realidad y el encuentro con el escritor lo sumergirá en una vorágine de horror en la cual él está más involucrado de lo que había imaginado y esa no distinción de la realidad provocará su vertiginosa perdida de cordura.

 

32. 28 Days Later (Danny Boyle, 2002)

POR TEDDYE ZAPATA

Escrito por el ahora afamado director Alex Garland, “Exterminio” llegaría para reinventar el subgénero zombie que por aquella época estaba muy estancado. Dotándolo de cierto realismo al no presentar el arquetipo zombie que todos conocíamos -el del muerto que regresa la vida- sino el del infectado, en este caso, por el virus de la rabia consecuencia de una epidemia. Una de las grandes virtudes es que Boyle no solo se remite a regalarnos grandes escenas con los ya mencionados infectados, sino que se permite desarrollar a sus personajes a un nivel más profundo, dando pie a la reflexión y siendo una aproximación al subgénero más humana y existencialista que por ejemplo, una de sus contemporáneas: Resident Evil, quien se ciñe más a la acción y aventura.

 

31. The Wolf Man (George Waggner, 1941)

POR FLACO CACHUBI

Con guion del prestigiado Curt Siodmak, fue estrenada en 1941 la que sería la última gran película de monstruos de Universal, con un atractivo reparto encabezado por Lon Chaney J.R. y Claude Raines acompañados por Bela Lugosi en un breve pero significativo papel. Tomando como referencia las leyendas de licantropía, a falta de un material literario como en el caso de Drácula, Siodmak desarrolla un buen relato que combina horror, drama y romance apoyado por un notable diseño escénico sobre todo en lo que refiere al nebuloso bosque. También sobresale el maquillaje de Jack Pierce y los efectos visuales cuyo mayor logro fue la conocida transformación conseguida a través de la filmación de 17 planos, misma que en tiempos actuales conserva un inocente encanto.

 

30. The Others (Alejandra Amenábar, 2001)

POR EL FETT

Dudo que a estas alturas la magnífica actuación de Nicole y la elocuencia narrativa de Amenábar hayan pasado desapercibidas, pero por si acaso mantendré en secreto el refrescante y sobre todo perfectamente estructurado giro de esta cinta que al punto de vista de su servidor, cuenta con uno de los mejores bagajes histriónicos – dramáticos del género, en mucha parte (en casi de toda) gracias al avasallante protagónico de una Kidman en pleno apogeo. Basta decir que The Others no solo representa un rico ejercicio de suspenso de principio a fin, sino que su influencia sutilmente se ha expandido “a la mala”  por distintas bazofias a lo largo de los años que buscan la frescura de su argumento y giro de tuerca ¿Sexto Sentido? Pfff ¡Por favor! Pónganse serios

 

29. Braindead (Peter Jackson, 1992)

Antes de ponerse con sentimentalismos estúpidos con Hobbits lacrimosos y dramáticos, Peter Jackson era la berraquera con historias sacadas de las propias vísceras (literalmente) sin ningún atisbo de corrección política o miedo a la crítica. Una historia de zombis plagada de gore pero usado con un sentido de humor muy, muy negro que permite el disfrute de cada loca secuencia y que a pesar del caos de la cámara logra sacar lo mejor de un subgénero que necesitaba un respiro. Para resaltar la escena de la salida al parque con el niño zombie, que probablemente define lo que es toda la película, una burla constante a la sociedad y por más ofendido que se sienta el espectador muy seguramente va a soltar una carcajada.

 

28. La Maschera del Demonio (Mario Bava, 1960)

Recuerdo el miedo que se sentía al ver esos lúgubres escenarios: oscuros bosques, castillos góticos y la neblina en las películas de antaño que realmente lograban crear un clima devastador para los protagonistas y la audiencia. Todo eso y mucho más tiene Black Sunday (La Máscara del Demonio) del maestro italiano Mario Bava, que no sólo recurre a esta sombría atmosfera, sino que la hace parte viva de la historia la cual incluye también la brujería, la inquisición y la venganza para consolidar un desarrollo excepcional en una película de terror que merece ser revisitada cada Halloween, referente también del porvenir del género.

 

27. A Nightmare on Elm Street (Wes Craven, 1984)

POR FLACO CACHUBI

En medio del furor provocado por los asesinos seriales enmascarados, surgió la figura de un personaje que no ocultaba su rostro desfigurado ni su identidad, se trata de Freddie Krueger, monstruo tan repulsivo como carismático nacido desde las entrañas de la cultura pop. Con Pesadilla en la calle del infierno, Craven innovó el género explorando uno de los miedos más comunes pero menos abordados en el cine, el miedo a morir repentinamente mientras dormimos. La imaginaria visual, la creatividad del concepto y la tétrica banda sonora de Charles Bernstein (incluyendo el tema 1, 2, Freddy viene por ti…) dieron como resultado un producto redondo, claro ejemplo de cómo filmar una extraordinaria película con poco dinero pero mucha inventiva.

 

26. The Bad Seed (Mervyn LeRoy, 1956)

POR EL FETT

Formidable mezcla de thriller y terror psicológico que a pesar de ser la cinta por antonomasia en torno a “niños(as) asesinos(as)” incluso mucho antes de la concepción del término “asesino serial”, por desgracia y con el pasar de los años ha caído en el desconocimiento del gremio cinéfilo. De una excelencia histriónica incluso para la época dado que WB decidió transportar el elenco original de la obra de teatro en la que se basa, quizá el mayor valor de esta semilla maldita recaiga en el curioso trabajo de su director, el cual acostumbrado a narrar historias de mujercitas y de niñas en tierras mágicas con caminos amarillos, dota a este relato de esa “inocencia” infantil pero ahora retorcida, en lo que es una progresión de suspenso muy infravalorada.

 

25. Carnival of Souls (Herk Harvey, 1962)

POR TEDDYE ZAPATA

Considerada como una cinta de culto por algunos pocos y para muchos otros una obra completamente desconocida, Carnival of Souls es una maravilla de su época que vale la pena reivindicar. La cinta dirigida por Herk Harvey es un thriller psicológico de bajísimo presupuesto construido de manera muy inteligente, que juega con elementos sobrenaturales y que funciona como una agobiante pesadilla lúcida, pero que también sirve como una representación de lo que es vivir con una enfermedad mental, tal como lo es la depresión, exponiendo los síntomas a través de su protagonista, interpretada por una tremenda Candace Hilligoss, quien encarna a Mary Henry, una mujer que sobrevive a un terrible accidente, pero que cuya vida no vuelve a ser la misma después de este.

 

24. An American Werewolf in London (John Landis, 1981)

POR FLACO CACHUBI

Ponga a un ex-doble de escenas de acción llamado John Landis en la silla de director, tome prestados los componentes de la mitología sobre hombres lobo tales como las maldiciones y los efectos de la luna llena, agregue un putrefacto muerto viviente como interlocutor, vierta muchos litros de sangre combinada con mala leche, añada una sensual y acomedida Milf, aumente los grados de terror sin apartarse del humor negro, incorpore la música del legendario Elmer Bernstein y de la banda Creedence y como toque más importante, sirva la más realista y maravillosa transformación de un hombre lobo a cargo del maestro de los efectos especiales Rick Baker. Mezcle todo ¿Qué obtiene? Un híbrido tan terroríficamente divertido como imprescindible.

 

23. The Evil Dead (Sam Raimi, 1981)

POR TEDDYE ZAPATA

Descrita por el mismísimo Stephen King como “la película más violentamente original del año” por allá de 1982, la cinta debut del ahora consagrado Sam Raimi se ha ganado, y con creces, el titulo de película de culto, no solo dentro del género de terror, sino también del serie b. Y es que a pesar de las muchísimas carencias que padeció la producción de esta cinta para poder llevarse a cabo, si había algo que le sobraba era personalidad. Desde los efectos prácticos paupérrimos y baratísimos, pero que aportaban ese ingrediente desagradable y chocante a la estética de la película, hasta la salvaje violencia mezclada con un poco de humor negro lograban darle vida a la identidad inigualable de este clásico del horror.

 

22. Día de Ira (Carl Theodore Dreyer, 1943)

Quizá su obra más trasgresora, Dreyer combina el dogma religioso con la brujería para edificar una crítica hacía la imposición de ideologías y su encausamiento hacía el nacimiento de la maldad, una que no nace de la naturaleza humana, sino de la presión y las percepciones ajenas al ser. Compleja y siniestramente entretenida, Dreyer edifica lo que también es una cinta de horror psicológico enfundada narrativamente en el engaño, mientras nos lleva por los terrenos turbios y engañosos de un amor prohibido. La ira que dicta su título es un impulso de la tragedia y la presión social constante de su protagonista, una ninfa a la que se le hace creer por medio de la intolerancia, de su propia maldad. El final es tétrico y maravillo, entre un contraste de luz y una oscuridad interna.

 

21. The Innocents (Jack Clayton, 1961)

POR EL FETT

Si usted busca la versión original de la sonada serie de Netflix The Haunting of Hill House (y su próxima Bly Manor  para 2020), ha llegado al lugar indicado para reconocer a una de las obras maestras del género más injustamente olvidadas por la historia y que en su tiempo significó un revulsivo de calidad tan impresionante como irrepetible en torno a las historias de fantasmas. Dejando como marca indeleble un final tan ambiguo como siniestro, el director confía su “one hit wonder” a una inmensa Deborah Kerr que logra no solo logra conectar con lo paranormal de una manera precisa, sino con la piel de la misma audiencia como si se tratase de una extensión  emocional o un poltergeist  ¿Conclusión? Deje de ver series y póngase a ver más clásicos.

 

20. The Fly (David Cronenberg, 1986)

POR EL FETT

El don más grande de The Fly es estructurar una empatía única alrededor de un ser monstruoso y trágico, del cual el público llega a sentir (literalmente) toda parte de su descomposición y transformación causados por un experimento de tele-transportación fallido. Esta experiencia kafkiana, metafórica y física, conlleva también a otra tangente en el relato que en sí termina siendo la parte esencial de su clímax: el amor ¿Romance? ¿SF? ¿Horror? ¿Gore? ¿Suspenso? Todo acomodado en menos de 100 minutos para establecer una conexión emocional inolvidable desde el tono que usted seleccione, siendo así la piedra angular del body-horror y de la transformación tanto corpórea como psicológica en la obra de Cronenberg. Por cierto, quizá estemos ante el mejor remake de la historia.

 

19. The Omen (Richard Donner, 1976)

Un misterio rodea a la familia Thorn, su hijo recién nacido ha muerto en el parto y el padre desesperado acepta la ayuda de una monja que le dice que haga pasar a otro bebé por el suyo, que nadie lo notaría. Al transcurrir el tiempo extraños sucesos empiezan a aparecer en la familia y pronto se revelará el peor de los temores de cualquier padre adoptivo, de donde proviene ese hijo y ese misterio lo llevará a las profundidades de la oscuridad y literalmente al infierno. Con un guion impecable, la mejor música hecha para una película de terror, espectaculares secuencias: El suicidio de la niñera, el ataque de los mandriles, la muerte del cura, la muerte del fotógrafo, etc. Logra ir un paso más allá de lo que había logrado una década antes Rosemary´s baby.

 

18. Carrie (Brian De Palma, 1976)

POR TEDDYE ZAPATA

Carrie, de 1976, sería la primera adaptación cinematográfica de un libro de Stephen King y que rápidamente se convertiría en un clásico de terror y en una de las historias de venganza más memorables del cine. La cinta de Brian de Palma es un retrato de lo que pasa cuando presionas demasiado los límites de una persona a la que crees que le tienes tomada la medida. Pero todos tenemos un tope, aunque no todos tenemos poderes, como Carrie, quien en su punto de quiebre nos regala unos de los clímax más satisfactorios del género, dando rienda suelta a sus capacidades telequinéticas para cobrar venganza de todo el que en su momento haya hecho mofa de su persona.

 

17. The VVitch (Robert Eggers, 2015)

POR EL FETT

¿Se merece un lugar tan arriba en nuestra lista definitiva del terror? Por supuesto, y es que lo hecho por Eggers no es ningún ejercicio de novato superficial, sino todo lo contrario, un estudio intimista sobre la resquebrajamiento espiritual y familiar frente a la presencia más pura del mal, bautizada por uno de sus símbolos más representativos y teniendo como vehículo la deshumanización femenina de la manera más oscura posible. Eggers recrea el folklor a la perfección y crea un mito satánico potente y verdaderamente perturbador, asentando un golpe con el que no te podrás reponer (la desaparición y la cena de un bebé) y rematándote con una gestación de palabras siniestras que te hielan la piel y la sangre a cargo del reconocido Black Phillip.

 

16. Suspiria (Dario Argento, 1977)

POR TEDDYE ZAPATA

Suspiria, o la Pesadilla Technicolor, como también se le conoce por su portentosa y llamativa puesta en escena llena de colores neón, suponía en aquel entonces una reinvención del giallo, ya que se acercaba más al terreno de lo fantástico, de lo esotérico, e incluso de lo onírico, y se alejaba del estilo policiaco que lo había caracterizado años atrás. Dario Argento antepone sus formas al fondo en este cuento de brujas grotesco pero estilizado, en un ejercicio fílmico de estilo en toda regla que cimbró los estatutos de su subgénero y que incluso brindo una pieza de fuerza e índole social al posicionar al empoderamiento femenino como principal cause de su trama y bello estilo.

 

15. Halloween (John Carpenter, 1978)

POR FLACO CACHUBI

En 1978, Halloween inauguró el periodo de cine de horror relacionado con asesinos maniáticos persiguiendo chicas virginales, teniendo como escenario los suburbios estadounidenses. Influenciado claramente por Psicosis, clásico al cual rinde homenaje, pero estableciendo un estilo y estética propios, el joven director John Carpenter recurre a planos subjetivos que muestran al espectador la perspectiva del asesino con respecto a las futuras víctimas, consiguiendo así generar una atmósfera espeluznante. Después de cuatro décadas de haber sido estrenada, es imposible no asociar la noche de brujas con Michael Myers, el despiadado asesino merodeador, desprovisto de sentimientos, la mismísima encarnación del mal oculta detrás de la máscara.

 

14. Eyes Without a Face (Georges Franju, 1960)

POR FLACO CACHUBI

La sofisticada obra maestra del realizador galo Georges Franju, referente directo y evidente inspiración de La piel que habito del cineasta manchego Pablo Almodóvar, destaca por ser una película de horror que raya en lo onírico, en donde un brillante pero perturbador médico (una suerte de Doctor Frankenstein moderno) secuestra muchachas para quitarles la piel y trasplantar ésta al rostro de su hija desfigurada. Un espectáculo visual tan delirante como poético, tan monstruoso como profundamente humano, cuyo villano justifica sus aberraciones con el viejo adagio: El fin justifica los medios ¿O acaso no haría usted lo que fuera por sus seres queridos?

 

13. Night of the Living Dead (George A. Romero, 1968)

POR TEDDYE ZAPATA

La película de muertos vivientes que lo empezó todo. Cada serie de televisión, cada historieta, cada videojuego, cualquier cosa que tenga rastros de un zombie en ella hoy, se lo debe a esta maravillosa cinta. La Noche de los Muertos Vivientes no solo supuso el debut de George A. Romero en la pantalla grande en 1968, sino el debut de un nuevo tipo de zombie, el de uno que a la postre se convertiría en el favorito de las masas, ya que desde antes existían antecedentes de estos monstruos en películas como I Walked With A Zombie, de 1943, pero que no llegaron a tener el impacto que el de los del gran Romero.

 

12. Alien (Ridley Scott, 1979)

POR EL FETT

Una joya de dos géneros, el octavo pasajero es una nave SF con motor de terror, donde el tripulante extra se cierne como un asesino slasher y como el perfecto organismo del suspenso. Scott cuando era un genio, hace funcionar al género que nos atañe desde sus legendarias técnicas de dirección, dejando que sus actores denoten el más genuino horror ante la gestación y presencia de aquel xenomorfo, diseño monumental de otro maestro artístico del rubro, un Giger que regaló a su director la criatura perfecta para asentar la atmosfera necesariay coherente para coronar su también funcionalidad psicológica desde el diálogo del traidor Ash. Alien tiene todo, un natural terror, un asesino, gore, un gato, genuinos sustos y “Madre” recordándonos que todo va a estallar.

 

11. Poltergeist (Tobe Hooper, 1982)

No siendo una mala película de terror, pero en ciertos momentos parece más una aventura,  Tobe Hooper anclado a la producción Spielberg se siente atrapado para poder hacer escenas más grotescas o viscerales, y de ahí que la dirección no sea tan buena como hubiese podido ser. Pero eso no demerita tener un guion muy ajustado a las reglas del horror y que tiene secuencias bastante escalofriantes especialmente si eres un niño. Una familia se cambia de casa a un sitio idílico en un principio pero que irá demostrando que para nada es el lugar ideal para vivir, la familia se siente atemorizada por una constante presencia que se va volviendo más violenta e intimidante con el paso de los días y esto inicia una investigación para conocer cuál es la razón.

 

10. The Texas Chain Saw Massacre (Tobe Hooper, 1974)

POR TEDDYE ZAPATA

Muchísimo antes que Freddy, mucho antes que Jason, e incluso antes que Michael, existió alguien llamado Leatherface. Si bien Halloween fue la que puso de moda el slasher y es la que suele llevarse toda la gloria,  La Masacre de Texas, del gran Tobe Hooper, fue la que sentó las bases y marcó las pautas del género en 1974. Teniendo como villano principal a un asesino psicópata, Hooper no necesita abusar del derramamiento de sangre, ni de exhibiciones morbosas de violencia para impactar a su audiencia, cosa que si logra con su puesta en escena, logrando crear atmosferas sucias, malsanas y escabrosas que traspasan la pantalla.

 

9. The Thing (John Carpenter, 1982)

POR EL FETT

Su imaginería es tan concreta y tétrica que ni la ciencia ficción pudo escapar de la proyección de las pesadillas de este genio del terror. A pesar de su parecido con algún 8° pasajero, la diferencia de esta cosa con aquel alien es que esta contiene a Carpenter y por ende, una estética que puede estremecer no solo al infante o al joven, sino a cualquier adulto en cuestión bajo una serie de imágenes impresionantemente sanguinarias; un gore con significado que escapa de los clichés propios en la comunión de estos géneros y que se mantiene fresco a pesar del paso del tiempo. La pasión y la intensidad con que Carpenter filmaba sus obras era única y esta fue su predilecta.

 

8. Possession (Andrzej Zulawski, 1981)

POR EL FETT

De pequeño me asustaba con Poltergeist, pero de adulto aún me sigo aterrorizando con Possessión. Pieza fundamental del horror que basa su peculiar argumento en un romance poco convencional, siniestro y grotesco. Esta base sirve para desarrollar un relato lleno de suspenso e intriga que poco a poco comienza a dar destellos del oscuro misterio que encubre ella, que como su título lo indica, se encuentra posesa carnal, sexual y mentalmente por un tercer elemento que para el efecto del horror será descrito como inclasificable. Más allá de la estética estremecedora, el thriller de Possession funciona en un segundo plano como una metáfora relacional dirigida hacia la renovación de los votos no espirituales, sino pasionales y emocionales. Gran y tétrica joya.

 

7. The Wicker Man (Robin Hardy, 1973)

Dentro del amplísimo espectro de creencias y de formas de rendir tributo a Dios(es) y que muchas veces no nos vemos en la capacidad de entender se encuentra The wicker man, que logra bajo el amparo de la luz del día ser macabra, enigmática y aterradora. La desaparición de una niña lleva al sargento Howie en su búsqueda, un cristiano recalcitrante que no logra comprender la indolencia de la comunidad ante la pérdida. Desconcertado, va descubriendo que este no es un sitio cualquiera y que incluso su vida está en riesgo, teniendo que decidir entre esta o su alma. Hay que entender lo que es verdadero terror y es lo que tiene sentido desde la perspectiva de la comuna, aquí no hay espacio para absurdeces como en su remake o Midsommar (entiéndelo niño rata).

 

6. Freaks (Tod Browning, 1932)

POR EL CINE ACTUARIO

La forma en como Freaks maneja el suspenso es un caso particular, la premisa central nos habla de que la monstruosidad está en el interior, más no en el físico; el guion desarrolla tan bien este aspecto en sus personajes que al final le tomamos bastante cariño a los “Freaks” y el suspenso y el terror se va generando por los antagonistas de la película: Hércules y Cleopatra, quienes son lo contrario a los héroes de esta historia. Al final el director genera la tensión en el odio que el espectador va sintiendo hacia estas “finuras” de personas y genera la expectativa del fracaso y la venganza por sus temidos planes. Freaks es la experiencia narrativa y visual “de un circo emocional” en la que al final el público se puede sentir satisfecho de haber pagado por este boleto.

 

5. Rosemary’s Baby (Roman Polanski, 1968)

POR FLACO CACHUBI

La primera película maldita por excelencia no solo por su trama transgresora, sino por los escalofriantes hechos que marcarían al director Roman Polanski después su estreno. Basado en el bestseller homónimo de Ira Levin, El bebé de Rosemary se adentra en la intimidad de un joven matrimonio que se ha mudado a un antiguo edificio victoriano rodeado de macabras leyendas en donde, la amabilidad de los vecinos no es lo que parece. Polanski en el pináculo de su carrera ofrece un inquietante relato que sirve como vehículo para adentrarnos en su visión del satanismo: sectas, invocaciones diabólicas y hasta una violación perpetuada nada más y nada menos que por Belcebú.

 

4. Pyscho (Alfred Hitchcock, 1960)

POR FLACO CACHUBI

La madre de todas las películas sobre psicópatas. Obra fundamental que revolucionó el estilo narrativo dando un giro violento a la forma de contar historias. Mediante un McGuffin (robo y huída), Hitchcock oculta los verdaderos horrores que nos esperan, mismos que develará cuando el suspenso haya alcanzado el nivel más alto. El amo del suspenso rompe así paradigmas, como el atreverse a mostrar el brutal asesinato de la protagonista apenas a la mitad del metraje, suceso sin precedentes que escandalizó a la audiencia. La extraordinaria cinematografía blanco y negro, la perfecta edición, el poder sugestivo de la cámara y la inolvidable banda sonora de Hermann, hacen de Psycho una experiencia fílmica digna de resumirse en dos palabras: Obra Maestra.

 

3. The Shining (Stanley Kubrick, 1980)

POR EL FETT

La deslealtad a su fuente original procrearía una de las más finas piezas de género, dejando en claro que Kubrick fue tal vez el mejor adaptador literario – fílmico en la historia, dándole un sentido realista a la propia definición “adaptación”, al trabajar la fuente en pro del lenguaje cinematográfico y no viceversa. Muchos se limitan en catalogarla como una cinta de terror, pero esto es insuficiente para explicar su propuesta. La obra sería una  exhibición de horror psicológico fundamentado sobre lo surrealista, con elementos tan inquietantes que no se encasillan en causar la natural exposición del “susto”, sino que expone un miedo a lo desconocido, a lo grotesco y lo tétrico en un loop paranormal que busca el origen de la maldad a partir de la soledad y desesperanza.

 

2. The Exorcist (William Friedkin, 1973)

POR TEDDYE ZAPATA

Puede que resulte trillado, pero es que es imposible ignorar una pieza de este calibre cuando de  terror se trata. No solo marcaria época, sino un antes y un después en el género ya que su impacto sería tal, que su fórmula y muchos de los elementos serán los mismos que se intentan recrear todavía -muy pobremente, dicho sea de paso- en el cine en general. Tomando como punto de partida el drama familiar, poco a poco lo sobrenatural desemboca en lo profano, con la confrontación de sus personajes con el demonio mismo en uno de los clímax más intensos que se haya visto, no quedando en el mero susto, sino también permitiendo ahondar en la perdida de la fe, la culpa, el arrepentimiento, el luto por seres queridos y la desesperación de tratar de darle un sentido lógico a una situación que está muy lejos de tenerlo.

 

1. Nosferatu (F.W. Murnau, 1922)

POR EL FETT

Esto no es ningún fan service, y es que a 99 años de su estreno Nosferatu funciona y sigue vigente, aterrando desde tiempos inmemoriales con la presencia siniestra por antonomasia: el vampiro Max Schrek, el cual de la mano del Maestro F.W. Murnau es enmarcado de una única e irrepetible atmósfera, haciendo suya la oscuridad, la niebla, las sombras. Magistral en forma y contexto, esta obra fundamental y cúspide del horror y del expresionismo alemán, fue también la iniciadora de las maldiciones y leyendas negras fílmicas, y es que tomar sin permiso el relato de Stoker le costó al mismo Murnau su propia cabeza, cuando los cultos satánicos profanaron su tumba en nombre del Nosferatu. Alfa y omega del género, esta pieza inmortal todavía te pondrá los vellos de punta.

 

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13 Comments

  • Genial TOP, muy completo, aunque no consideraron dos imperdibles como lo son The Birds de Hitchcock y Repulsion de Polanski.

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  • He escuchado comentarios que dicen que todas las películas de este género son absurdas, incluyendo las buenas, pues en mayor o menor medida todas recurren al cliché de “Todos son unos idiotas” y todas tienen severos errores de lógica interna únicamente para que la historia avance, lo que hace preguntarme ¿Entonces no hay ninguna buena? ¿Cómo podría definirse una buena película de terror? ¿Cuál es el punto de hacer estas historias entonces? ¿Realmente vale la pena hacer una?

    Mi mejor explicación es que nos permite explorar los rincones más oscuros de nuestro subconsciente y hacer salir a brote aquellos pensamientos que nos aquejan desde nuestro interior, aquellos sentimientos que no queremos dar a conocer a los demás y encontrar la mejor manera de expresarlos dándolos a conocer. Este Top me ha dejado claro que es, junto a la comedia, el género más difícil de hacer en el cine. Sin embargo, dado a que no soy fan del género puedo estar equivocado y me gustaría escuchar sus opiniones y perspectivas del asunto.

    Las que faltaron:

    -Saw 1 y 2: Si bien la idea de la tortura pornográfica existió antes de estos films, éstas las volvieron estándar en la industria al poner al espectador común en el foco de atención e involucrarlo en la situación, hacerlo preguntarse si estaría dispuesto a cometer un acto horrendo con tal de salvar su vida. Jigsaw es quizás es el villano más complejo del género gracias a su exploración en la historia.

    -The Conjuring: Se le puede ver de 2 maneras: una historia sobre una familia lidiando con severos problemas maternales o un homenaje a todas las películas de terror de los 70. Esta película juega con nuestra mente. El miedo de la sugestión es un sentimiento más profundo, y ese es el éxito de esta película. James Wan prueba porque sigue siendo el mejor director del género actualmente.

    -Coraline: Por ser animada no se le debe menospreciar. Con un claro y bonito mensaje sobre valorar lo que uno tiene y un montón de imaginaria tétrica con ideas aterradoras que incluso se puede ir al extremo en algunas ocasiones. Todos sus personajes son carismáticos y tienen su disfrute de ver.

    -Shaun of the Dead: Aunque funciona más como comedia, se mantiene fiel al subgénero de zombies e incluso no oculta los momentos duros como el sacrificar a un familiar infectado. Uno se puede identificar fácilmente con la estupidez de los protagonistas, pero sigue habiendo suspenso y crítica social de por medio.

    -Misery: La peor pesadilla de toda celebridad: ser tomado como rehén por un fan obsesivo que no está bien de la cabeza y al que es imposible de complacer. Internet fue creada para los SJW de hoy en día. Ya me puedo imaginar al Fett secuestrando a Rian Johnson, lo ate a la cama, le rompa las piernas y lo obligue a reescribir el Episodio VIII.

    -Cube: Todo un ejemplo de que poco presupuesto puede dar una grata sorpresa, mantiene el misterio interesante en gran medida de la película y sus personajes, si bien son arquetipos esquemáticos, proporcionan la dosis necesaria de presión y locura a la crisis que están sometidos, logrando un terror psicológico apegado a la desesperación de sobrevivir.

    -Silence of the Lambs: Me sorprende la ausencia de esta película en este Top. Un nuevo tipo de asesino se forma en esta película, la habilidad de Hannibal Lecter para presionar a la gente mientras finge inocencia funciona extraordinariamente con la tensión presentada. Su final es de antología.

    -Get Out: Una ácida crítica social al racismo y al clasicismo de la sociedad, mantiene el misterio intacto durante gran parte de su metraje. Quizás como un todo pudo haber dado más, pero cumple con lo que promete. Por cierto, un comediante sabe hacer terror mejor que otros directores especializados en el género… para reflexionar.

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    • Estimado muchas gracias por su retroalimentación. le comentamos que paso con esas:

      Saw no fue considerada e incluso por ahí hay una referencia hacía ellas no muy positiva 🙁
      The Conjuring si fue considerada, de hecho si somos estrictos quedó como ahí del lugar 55
      Coraline muy buena inclusión, le aseguramos que nos hará pensar
      Shaun of Dead efectivamente la tomamos como comedia
      Misery al parecer fue la gran ausente, algo que los autores debatirán
      Cube: No fue considerada
      Silence la tomamos como un thriller estimado
      Get Out y Peele le falta estimado, le falta

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  • 50 cintas y no esta El Silencio de los Inocentes? Aunque la orientacion de esta cinta es mas hacia el thriller policiaco, si hay momentos donde realmente se siente esa sensacion de slasher film, el manejo del suspenso en varios momentos de la historia, un asesino serial temible al que sabemos que hay que amarrarlo de todas las maneras posibles para que no huya y un enemigo final que mata a las mujeres para poder buscar en sus pieles la capa que le permita enfrentar su homosexualidad, que mas podemos pedir de una cinta que, con la pura actuacion del Sr. Juay de rito ya nos quito el sueno? Y tambien insisto, Misery… creo que los fans del Fett deberian amarrarlo a una cama y hacer que reescriba esta lista..

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    • Estimado efectivamente El Silencio de los Inocentes se libra de culpa ya que la tomamos como un thriller (el top esta ya cercano por cierto)
      La omisión de Misety si retumbará en la opinión de los autores seguramente, ya que no se consideró. No se así con el Fett, ya que el solo escribió la cuarta parte 😉

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  • ¿Por qué la exclusión de películas mexicanas? Algunas películas nacionales pudieron dejar fuera algunos títulos de la lista.

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  • Faltaron dos de mis favoritas del género: Tiburón y Let Right in On.

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  • Humberto Osorio June 7, 2021 @ 1:28 pm

    Faltó El Ente, con Barbara Hershey porque es muy aterradora y lo concluyo tras conversar con muchísima gente durante mis 40 años. No es la mejor, no, pero es muy terrorífica. Muy bien lograda la atmósfera.

    Por otro lado, hay muchas películas de ese listado que no he visto y ¡y ustedes cuentan toda la trama, con final incluido!

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  • Buen top,la mayoría la tengo en mi colección personal,soy fan del cine de terror.
    Hay un par de películas que no he visto y hubiera estado bien que comentaran dónde se pueden ver.
    Yo hubiera incluído algo de James Wan, tal vez El Conjuro o El títere.
    Y no sé si no las consideraron pero son parte de mi muy preciada colección:Lake Mungo, Let the Rigth In y la The Skeleton Key

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  • Te faltaron las de it 1990, it 2017 e it 2 2019 excelentes películas de terror y yo incluiría también la del payaso del mal(clown)

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  • Gerardo Rodriguez. October 31, 2022 @ 7:53 pm

    Saludos, a mi me fascinaron “El Ritual” 2018 de David Bruckner.
    “El Exorcismo de Emily Rose” 2005 de Scott Derrickson.

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